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Hay gente que le tira y ataca a la iglesia y a los cristianos. Sin embargo es en la iglesia donde se enseña a ser buenos ciudadanos, ser personas de bien, formar hogares sólidos (no perfectos, pero con la ayuda de Dios y con la dirección divina se puede mucho), respetar a nuestras familias, no crear hogares inestables, no afectar a nuestros hijos con decisiones erradas, no andar como necios por la vida, no ser presa de los vicios del mundo, no ser personas atadas a la mentira del mundo. Las iglesias están llenas tal vez de gente imperfecta, sin embargo, es mejor estar en ella que estar mil días fuera de ella y en la vida terrible que se vive en el mundo.