En la Biblia no se da
una fecha específica sobre el nacimiento de Jesucristo en Belén de Judea. Todo
historiador serio sabe que la existencia de Jesucristo es real. La historia
misma se divide en antes y después de Cristo. Historiadores tanto cristianos como
seculares registraron la vida de aquel hombre maravilloso quien era y es el
Mesías de Israel. Aunque la Biblia no registra una fecha específica para
identificar el nacimiento de Cristo, los hombres envueltos en sus tradiciones
han puesto fechas argumentando que es el 25 de diciembre la fecha que se debe
conmemorar el nacimiento de Jesús de Nazaret. Sin embargo, identificar esa
fecha no concuerda con el legado bíblico. Según la Biblia, el recién nacido fue
visitado por unos magos de oriente quienes le trajeron regalos como: incienso,
oro y mirra. El motivo del nacimiento de Jesús fue el cumplimiento profético
por el cual una virgen daría a luz por medio del engendrar del Espíritu Santo
sobre ella para traer al mundo al que salvaría al hombre de sus pecados. El
motivo de la encarnación del Cristo no tenía como objetivo exaltar ni
glorificar a una mujer, en cambio tenía como objetivo traer al mundo a Dios
mismo hecho hombre. Dios siendo perfecto vino en naturaleza humana con el
propósito de hacer un sacrificio por la humanidad. Viviría como hombre y cuando
se cumpliera el tiempo daría su vida como ofrenda para que los hombres
pecadores pudieran alcanzar su salvación por medio de una obra redentora que
fue llevada a cabo por Jesús. Jesús al morir en una cruz recibiendo el pago de
los pecadores, llevaría sobre si mismo el castigo merecido de todos los hombres
quienes poseen una naturaleza caída. De esta forma, todo hombre que cree y
tiene fe en Jesús podría salvarse al creer en su resurrección de entre los muertos.
El creer en Jesús conlleva algo más que una mera confesión verbal de la fe.
Conlleva obediencia a la doctrina de Jesucristo dada en toda la Biblia. Esto es
lo que se considera la fe que salva, aquella fe que es demostrada por la
obediencia de los que le siguen. El Jesús de la Biblia se distancia mucho de la
propaganda comercial que hace el mundo en tiempos navideños. No se requiere
gastar dinero en árboles de navidad, luces de colores, adornos extravagantes,
comidas exquisitas, regalos de gran costo, ni manjares colosales. Tampoco
requiere vestimentas costosísimas ni establecer una fecha específica para una
celebración. El Jesús de la Biblia solo requiere que el hombre viva en una
relación de fe y de amistad genuina hacia su persona cada día. Una devoción
sincera que nazca del corazón y nos lleve a la presencia de Dios por medio de
su persona. Todo lo que requieres y demanda es fe, amor, oración y
misericordia. Demostrar al prójimo por medio de obras de bien el amor de Dios
derramado en los corazones. No existe invento humano, personaje de la fantasía,
tradición de hombre ni rito pagano que pueda usurpar la verdad de Jesucristo.
Solamente fue uno el que murió en la cruz por nuestros pecados y solamente fue
uno el que se levantó al tercer día. Como iglesia, necesitamos despertar del
sueño profundo que el mundo hace confundiendo al Cristo bíblico con tradiciones
paganas de hombre. Jesucristo vive y es real. Nació solo una vez, y ahora todos
los hombres pueden nacer de nuevo si le reciben como su salvador. Solo de esta
forma el hombre podrá alcanzar el cielo.
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