
La sabiduría clama en las calles, alza su voz en las plazas; clama en los principales lugares de reunión; en las entradas de las puertas de la ciudad dice sus razones. (Pr. 1:20-21) ¿Por qué andar como quien no tiene esperanza si Dios está siempre llamándote? ¿Por qué somos entendidos para lo que no debemos y distraídos para lo que realmente es nuestra salvación?