Mucho mejor que una medalla de oro de los juegos olímpicos es practicar la piedad, el amor, la fe y la sencillez buscando a Dios cada día.
"Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida." (II Timoteo 4:8)
"Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman." (Santiago 1:12)
"Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria." (I Pedro 5:4)
"Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida." (Apocalipsis 2:10b)
"He aquí, yo vengo pronto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona." (Apocalipsis 3:11)