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No seas sabio en tu propia opinión; teme a Jehová, y apártate del mal; (Proverbios 3:7) Permítele a Dios, Creador de tu existencia, ser quien determine lo que está bien y mal en tu vida y opta por lo bueno para que no perezcas en el camino. Apártate de todo aquello que la Biblia identifica como pecado. Sólo de ésta manera alcanzarás la vida eterna e incorruptible, pues fuera de eso, no se puede esperar nada bueno para el futuro.