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jueves, 29 de diciembre de 2011

Los verdaderos profetas de Dios no vienen a anunciar sueños placenteros

Los verdaderos profetas de Dios no vienen a anunciar sueños placenteros, mundos ideales, prosperidad a granel ni a crear falsas expectativas de bienestar, vienen a llamar al arrepentimiento y a la santificación. Si usted lee el mensaje de Juan el Bautista verá un ejemplo de cómo hablan los profetas. Vea también Isaías capítulos 56, 57, 58. Juan decía: "Y decía a las multitudes que salían para ser bautizadas por él: !!Oh generación de víboras! ¿Quién os enseñó a huir de la ira venidera? Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento, y no comencéis a decir dentro de vosotros mismos: Tenemos a Abraham por padre; porque os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aun de estas piedras. Y ya también el hacha está puesta a la raíz de los árboles; por tanto, todo árbol que no da buen fruto se corta y se echa en el fuego." (Lucas 3:7-9) Eso era en aquel entonces, pero hoy la maldad se ha multiplicado siete veces más. En cambio, los que dicen ser profetas de lo que hablan es de mundo ideales, vanidades, materialismo, sueños de bienestar, falsas expectativas, promesas de paz a granel, mensajes halagadores, han hecho del evangelio un centro de entretenimiento de las masas donde le sirven a la gente en sus oídos lo que quieren oír, porque están cómodos ganando dinero y viviendo en deleites a costa de la ignorancia. Utilizan la verdad de la Biblia como una fuente de ganancia, detienen el mensaje y lo orientan para congraciarse con los intereses de sus oyentes para no afectar sus propios bolsillos. Paz, paz, mucha paz, pero se olvidan de llamar a un verdadero arrepentimiento que los saque del mundo y los lleve a la santificación. Ya lo dijo Isaías: "Sus atalayas son ciegos, todos ellos ignorantes; todos ellos perros mudos, no pueden ladrar; soñolientos, echados, aman el dormir. Y esos perros comilones son insaciables; y los pastores mismos no saben entender; todos ellos siguen sus propios caminos, cada uno busca su propio provecho, cada uno por su lado. Venid, dicen, tomemos vino, embriaguémonos de sidra; y será el día de mañana como este, o mucho más excelente." (Isaías 56:11-12) La situación moderna no es muy diferente a la de los tiempos de Isaías: "Porque este pueblo es rebelde, hijos mentirosos, hijos que no quisieron oír la ley de Jehová; que dicen a los videntes: No veáis; y a los profetas: No nos profeticéis lo recto, decidnos cosas halagüeñas, profetizad mentiras; dejad el camino, apartaos de la senda, quitad de nuestra presencia al Santo de Israel." (Isaías 30:9-11) Mensajes halagüeños que se dedican a exaltar el ego de la gente, a llenar sus oídos de todo lo que quieren oír, en las imaginaciones de sus corazones. Que miran las iglesias no como almas de redimidos que se preparan para ir al cielo, en cambio ponen sus ojos en ellos como si fueran una empresa, alguna clase de mercancía de mercaderes. ¿Permanecerá Dios cruzado de brazos mientras ustedes devoran al pueblo de Dios como si se tratara de un bocado de pan? ¿No estremecerá los cimientos de la tierra para derribarlos? Para que entiendan que de Dios es el poder. Dios está con los humildes de la tierra y él hará una separación. Lo bueno recogerá en su granero y todo lo que no sirve quemará en el fuego.


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