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viernes, 25 de septiembre de 2009

Vete, y no peques más...

"y Jesús se fue al monte de los Olivos.Y por la mañana volvió al templo, y todo el pueblo vino a él; y sentado él, les enseñaba. Entonces los escribas y los fariseos le trajeron una mujer sorprendida en adulterio; y poniéndola en medio, le dijeron: Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo de adulterio. Y en la ley nos mandó Moisés apedrear a tales mujeres. Tú, pues, ¿qué dices? Mas esto decían tentándole, para poder acusarle. Pero Jesús, inclinado hacia el suelo, escribía en tierra con el dedo. Y como insistieran en preguntarle, se enderezó y les dijo: El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella. E inclinándose de nuevo hacia el suelo, siguió escribiendo en tierra. Pero ellos, al oír esto, acusados por su conciencia, salían uno a uno, comenzando desde los más viejos hasta los postreros; y quedó solo Jesús, y la mujer que estaba en medio. Enderezándose Jesús, y no viendo a nadie sino a la mujer, le dijo: Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó? Ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más" .-Juan 8:1-11

El encuentro de la mujer adúltera frente al Cristo perdonador nos da una gran enseñanza. Nuestro perdón depende de la persona de Jesucristo. Todo lo que el hombre necesita para ser libre es encontrarse con Jesucristo. Nuestra vida jamás será la misma si nuestros pasos se dirigen hacia Cristo. Dentro de la ley de Moisés, aquella mujer era digan de muerte, pero ahora, frente al Cristo perdonador y restaurador, aquella mujer podía ser libre de las ataduras del pecado y obtener una nueva vida producto de su encuentro con Cristo.

Todo lo bueno se obtiene por medio de Cristo cuando un hombre y una mujer se tropiezan en su camino con el Dios bueno.

¿Qué necesitó aquella mujer para ser libre y obtener una nueva vida?

¿Tuvo que hacer una lista de sus pecados para que minuciosamente fuera libre luego de un amplio interrogatorio extenso?

¿Tuvo que llenar hojas clínicas donde detallara cada una de sus viejas acciones?

¿Tuvo que entrar en un proceso de "santificación" por niveles para poder ser libre de "maldiciones generacionales"?

¿O simplemente la Palabra del Cristo perdonador la hizo libre al instante de tal forma que su vida tuvo un nuevo comienzo?

Hoy día son muchas las iglesias que se han apartado de estas bases bíblicas sencillas de la fe en Jesucristo y han rechazado los fundamentos de la fe para adoptar extraños métodos no bíblicos de “confesión de pecados”. Por un lado afirman predicar a Cristo y por otro introducen prácticas oscuras no dadas por Cristo. Procuran “libertar” a las personas pero usando métodos de esclavitud y manipulación humana.


Notemos que la libertad total del creyente se da cuando un hombre o una mujer toca a Cristo por medio de la fe. Es pues la fe la que mueve la mano de Dios para hacer la liberación. En cambio, cuando un hombre se aparta de la fe bíblica, ese es el momento cuando comienzan a proponer falsos ritos de “liberación”.


Las religiones del mundo pretenden sanar las heridas de las personas con toda clase de remiendos. Son remiendos aquellas técnicas como:


-Lavado de cerebro

-Sugestión

-Regresiones

-Énfasis en la culpa humana

-Extraños ritos de confecciones similares a las secciones católicas

-Procurar introducir a los creyentes en “niveles” espirituales.

-Secretas salas de meditaciones

-Esculcar en el pasado negro de las personas

-Revivir lo pasado o el pasado de nuestros familiares


Todas estas cosas son métodos que provienen de humana sabiduría y que contrastan con la fe bíblica. Estos métodos ganan acceso a las iglesias cuando estas se apartan del Cristo bíblico para postrarse en otra clase de “cristos”, otra clase de “evangelio”, y otra clase de “espíritu”. (Gá 1:8; II Cor. 11:4).



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