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Cualquier cosa se puede convertir en un Baal. Cuando los pensamientos del corazón del hombre se dirigen continuamente a darle valor a cualquier vanidad como: dinero, casa, autos, vestidos, perfumes, comidas, bebidas, etc., y creerse o pensar que es sublime, diferente o superior al resto de los mortales. "Si se aumentan las riquezas, no pongáis el corazón en ellas". (Salmo 62:10)