Recuerdo que hace menos de dos décadas las oraciones en las iglesias eran humildes. Eran conducidas al Padre de forma sumisa en el nombre de su Hijo Jesucristo. No eran a manera de reclamos ni la gente se mostraba engreída en sus clamores y ruegos para con Dios. Como nos dice el Salmo 123 los cristianos se dirigían a Dios de la misma manera que los siervos miran a la mano de sus señores. Ese respeto que reconoce la superioridad de Dios versus la insignificancia del hombre frente al Creador.
Ahora, el escenario ha cambiado completamente. Tal parece que una levadura ha ido leudando toda la masa. La gente ha ido poco a poco dejando de orar de forma sencilla y han empezado a "declarar" y "decretar" invadidos por toda clase de reclamos que constantemente son orientados a fines egoístas de finanzas y dinero. Recuerdo que años antes esto no se oía. La multitud de creyentes oraban siguiendo el modelo de Mateo 6 donde la voluntad de Dios iba en primer lugar y la humildad iba de la mano. Fuera para sanidad, ayuda, socorro, prosperidad y toda clase de peticiones siempre era un requisito presentar toda cosa a Dios para que fuera Él quien brinde o deje de brindar.
De pronto, hoy, todos oran de forma diferente. Ahora todo es: "decreto y declaro esto y aquello”. Tristemente ocupando gran parte de sus reclamos a cosas materiales y vanas. Incluso en los pulpitos de muchas iglesias se hacen toda clase de espectáculos donde lanzan billetes sobre la gente y sus profetas hacen toda clase de promesas de riquezas a granel. Son muchos los que hoy le llaman “fe” a sus palabras infladas de reclamos materiales y a su orientación al mensaje cristiano completamente alegorizado y “justificado” por medio de simbologías que ajustan hacia sus intereses personales.
(Espectáculos de "fe" y liberación de finanzas que hacen en los altares modernos)
Nuevas técnicas sacadas de oriente se han ido cristianizando y con pretensiones de justificarse por medio de la misma Biblia. La visualización oriental se ha convertido en una práctica de muchos. Hacen listas de cosas y las pegan en sus hogares y de esta manera repiten una y otra vez para “traer el sueño a la realidad”. Hablan de cosas infladas de dinero llegando de forma milagrosa y sin esfuerzo de trabajo en muchos casos. Sus profetas han distorsionado la fe y profetizan mentiras que conducen a la gente a la ruina. Se alimenta de los sueños e imaginaciones de los corazones de la gente.
Persiguiendo el dinero han venido a ser traspasados por muchos dolores. Mientras tanto, los promotores de este sistema corrupto siguen enriqueciéndose en el nombre de Jesús en sus redes de mercadeo cristianizadas. (II Pedro 2:3)
(El tema del dinero se ha convertido en el pan nuestro de cada día de muchos predicadores modernos. Todo justificado por medio de una orientación dada al mensaje cristiano de tipos y sombras del Antiguo Testamento aplicadas a la liberación económica). El tema del énfasis en el dinero y la finanza es del agrado de muchos dentro de las congregaciones y a la vez se convierte en un obstáculo para aquellos que anhelan la leche espiritual no adulterada. (2 Pedro 2:2) Son muchos los que dentro y fuera de las congregaciones pueden darse cuenta de que algo no anda bien.
Oremos que Dios nos haga volver a la oración humilde y sencilla que procura agradar a Dios y acatar su voluntad y no la nuestra.