Los demonios se dedican a atormentar al ser humano. (Lucas 6:18; I Samuel 16:16) Sin embargo, hay uno de quien su presencia es el tormento contra los demonios. (Mateo 8:29) ¿Andamos haciéndole cosquillas al enemigo o somos su tormento?
El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo. (I Juan 3:8)