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martes, 3 de enero de 2012

CONVERSION VERSUS PROSELITISMO

"!!Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque recorréis mar y tierra para hacer un prosélito, y una vez hecho, le hacéis dos veces más hijo del infierno que vosotros" (Mateo 23:15)

Jesús reprendió duramente a los escribas y fariseos de su tiempo porque tenían un afán en ganar adeptos, multiplicar sus grupos de oyentes, y una vez atrapaban a un prospecto les infundían su programa de ideas las cuales NO CONCORDABAN con la voluntad de Dios en su Palabra. El resultado, que aquella víctima de la falsa religiosidad ahora sería educado en algo que parecía una religión pero cuyo fin no sería Dios ni su voluntad. El hombre finalmente sería moldeado a una serie de mandamientos y preceptos, sería parte de un grupo de gente, pero ante Dios, seguiría mucho más perdido que antes.

¿Existirán proselitistas en nuestro tiempo?

"Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino, que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina. Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas. Pero tú sé sobrio en todo, soporta las aflicciones, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio." (II Timoteo 4:1-5)

LA CONVERSION VERSUS EL PROSELITISMO

En la CONVERSION el hombre reconoce su pecado, se humilla, guarda la Palabra íntegra de Dios y alcanza toda clase de bendiciones. Dice:

Por eso pues, ahora, dice Jehová, convertíos a mí con todo vuestro corazón, con ayuno y lloro y lamento. Rasgad vuestro corazón, y no vuestros vestidos, y convertíos a Jehová vuestro Dios; porque misericordioso es y clemente, tardo para la ira y grande en misericordia, y que se duele del castigo. ¿Quién sabe si volverá y se arrepentirá y dejará bendición tras de él, esto es, ofrenda y libación para Jehová vuestro Dios? Tocad trompeta en Sion, proclamad ayuno, convocad asamblea. Reunid al pueblo, santificad la reunión, juntad a los ancianos, congregad a los niños y a los que maman, salga de su cámara el novio, y de su tálamo la novia. Entre la entrada y el altar lloren los sacerdotes ministros de Jehová, y digan: Perdona, oh Jehová, a tu pueblo, y no entregues al oprobio tu heredad, para que las naciones se enseñoreen de ella. ¿Por qué han de decir entre los pueblos: Dónde está su Dios? Y Jehová, solícito por su tierra, perdonará a su pueblo. Responderá Jehová, y dirá a su pueblo: He aquí yo os envío pan, mosto y aceite, y seréis saciados de ellos; y nunca más os pondré en oprobio entre las naciones. Y haré alejar de vosotros al del norte, y lo echaré en tierra seca y desierta; su faz será hacia el mar oriental, y su fin al mar occidental; y exhalará su hedor, y subirá su pudrición, porque hizo grandes cosas. Tierra, no temas; alégrate y gózate, porque Jehová hará grandes cosas. Animales del campo, no temáis; porque los pastos del desierto reverdecerán, porque los árboles llevarán su fruto, la higuera y la vid darán sus frutos. Vosotros también, hijos de Sion, alegraos y gozaos en Jehová vuestro Dios; porque os ha dado la primera lluvia a su tiempo, y hará descender sobre vosotros lluvia temprana y tardía como al principio. Eras se llenarán de trigo, y los lagares rebosarán de vino y aceite. Y os restituiré los años que comió la oruga, el saltón, el revoltón y la langosta, mi gran ejército que envié contra vosotros. Comeréis hasta saciaros, y alabaréis el nombre de Jehová vuestro Dios, el cual hizo maravillas con vosotros; y nunca jamás será mi pueblo avergonzado. Y conoceréis que en medio de Israel estoy yo, y que yo soy Jehová vuestro Dios, y no hay otro; y mi pueblo nunca jamás será avergonzado. Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones. Y también sobre los siervos y sobre las siervas derramaré mi Espíritu en aquellos días. (Joel 2)

En el PROSELITISMO el hombre es atraído de forma sutil a una religión que posee todo un cuerpo de creencias, poseen templos, grupos, organización, literatura, y toda clase de andamiaje que es suficiente para atraer e muchos, en cambio, lo que enseñan es conforme a las ideas de los hombres y no se moldea a la voluntad de Dios. Dice:

Pues en vano me honran, Enseñando como doctrinas mandamientos de hombres. Porque dejando el mandamiento de Dios, os aferráis a la tradición de los hombres: los lavamientos de los jarros y de los vasos de beber; y hacéis otras muchas cosas semejantes. (Mateo 7:7-8)

¿Existirán proselitistas en estos tiempos finales? ¿Cuántas prédicas escuchamos muy sutiles que usan mucho el nombre de Dios pero se alejan de la voluntad divina?

El convertido versus el prosélito

El convertido se ocupa en escudriñar la Biblia, procura agradar a Dios, guardar sus mandamientos, alejarse de toda macha del mundo y hacer obras de bien al prójimo. En cambio, el prosélito es preso de una secta, siempre dispuesto a sacar la cara por su secta, aunque esto envuelva ataques contra el prójimo para defender su grupo y sus ideas. No se moldea a la santidad de Dios ni tampoco puede.

Estimado lector, escudriña bien tus caminos. Si has sido presa de un grupo de prosélitos, estás a tiempo de volver a la senda antigua, la cual es la Palabra de Dios. Conviértete a Cristo y no a los hombres.
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