Dios como creador de todas las cosas sabe lo que hay más adelante en nuestra vida, por ende, nos conviene estar atentos a la dirección que El da. Cuanto más atendamos y nos movamos en esa práctica será lo que determine nuestro avance frente a las situaciones de vida. No son consejos de hombre sino de Dios por medio de su Palabra.
A veces, cuando compro un juego LEGO para armar con mi hijo puede que se me descuadre la estructura del juguete cuando se pone una pieza de forma incorrecta. Una pieza mal colocada crea una reacción en cadena que altera la forma original. Si dejas la pieza mal puesta, al final obtendrás un juguete distorsionado muy diferente al que muestra la caja del producto que compraste y que te dispusiste a armar. En cambio, si sigues el orden establecido por las breves instrucciones que trae la caja, podrás crear un modelo tan perfecto como el que se muestra. La vida se puede comparar en algo en todo esto. Si hacemos las cosas siguiendo el alumbrar de Dios sobre ellas, obtendremos los resultados que Dios espera, en cambio, si alteramos a nuestro gusto y colocamos piezas de aquí y de allá sin reparo alguno crearemos un cuadro diferente no sólo al que Dios tenía en mente sino que nosotros mismos nos asombraremos de lo diferente que se ve. Que Dios nos ayude a moldearnos a Dios cada día.
"Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino." (Salmo 119:105)