No dejes que tu vida se consuma y gaste envuelta en imaginaciones, espejismos, vanidades ni luces de colores engañosas de los deleites y placeres del presente siglo enfocados en los afanes y cosas pasajeras de esta corta vida. Dedica y entrega tu vida en fe y en amor hacia Jesucristo en una relación de amistad y obediencia sincera, porque todo hombre volverá a Dios a rendir cuentas de todo lo hecho en la tierra mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo. Quiéralo o no, esa será la meta final de la existencia donde se obtendrán los resultados de la semilla que se sembró en la tierra, sea para vida o para muerte eterna. (Eclesiastés 12:14; 2 Pedro 2:9; Romanos 14:10)
