Algunos sectores religiosos de Puerto Rico siempre se han parcializado hacia algunos partidos políticos por entender que cierta ideología favorece aspectos fundamentales de la familia y el matrimonio entre un hombre y una mujer. Según la imagen que se la ha vendido a los puertorriqueños, el partido PNP siempre ha mantenido una postura clara en torno a lo que una familia con buenos valores debe ser. Sin embargo, la noticia reciente de NO criminalizar el delito de adulterio parece ir en otra dirección, muy contraria a lo que afirman ser.
Una noticia titulada “Adulterio ya no será delito” fue publicada el día de hoy por el Periódico Primera Hora de Puerto Rico.
La autora de la noticia, Maritza Díaz Alcalde, hace referencia a un proyecto de ley donde en el nuevo Código Penal podrían dejar fuera lo que hasta hoy se ha conocido como el delito del adulterio. Afirma la noticia (la pondremos en letras amarillas):
La medida para derogar el Código vigente despenaliza el el adulterio al eliminarlo del catálogo de delitos contra la familia. A la propuesta no se le ha dado mucha publicidad, pero no se descarta que pueda provocar la ira de los sectores más conservadores del país, principalmente de los religiosos. El adulterio ha sido, y es, un delito con profundas raíces religiosas, al extremo de que en algunos países se le castiga hasta con la muerte. La tendencia mundial se dirige, sin embargo, a eliminar el adulterio como una conducta de carácter criminal. “(La decisión de despenalizar el adulterio) se hizo a base de los estudios que se presentaron en vistas públicas. Surgió por razón de la poca cantidad de casos que se radican bajo ese artículo (el 130, del Código Penal de 2004)”, explica el presidente de la Comisión Conjunta de la Asamblea Legislativa para la Revisión Continua del Código Penal, el senador novoprogresista José Emilio González. González señaló que la Comisión cotejó estadísticas que justifican el cambio, pero también hizo la salvedad de que ésta y otras enmiendas al Código vigente están sujetas a la evaluación de los legisladores, tanto como de las personas que participen de las nuevas vistas públicas en torno al estatuto pautadas para dar inicio a principios de abril. En Puerto Rico se considera delito el adulterio desde 1902. El Código Penal vigente dicta que las personas que tuviesen relaciones sexuales con una persona que no sea su cónyuge incurrirán en un delito menos grave. Los procesos judiciales se instruirán dentro del año en que se hubiese cometido el delito, o de haber llegado a conocimiento de la parte demandante. Si el delito lo comente una mujer casada y un hombre soltero, o un hombre casado y una mujer soltera, el hombre soltero y la mujer soltera también incurren en la falta. Las relaciones homosexuales no se castigan en este caso, es decir que no se contempla que exista una relación adúltera si la misma se da entre personas del mismo sexo. ¿Hay una política pública clara en estos momentos con respecto al adulterio? Si la hay - y el proyecto de ley del Código Penal así parece confirmarlo-, el Tribunal Supremo de Puerto Rico parece que no se ha enterado
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Recientemente, ese tribunal le desestimó los cargos a un acusado de violar la Ley de Violencia Doméstica con el argumento de que los hechos no estaban cobijados por la Ley 54, ya que la víctima sostenía una relación adulterina con su supuesto agresor.
En la determinación -que no sienta precedente- el juez asociado Erick Kolthoff resaltó, entre otros, el hecho de que en la Isla las relaciones adulterinas son claramente penalizadas en el Código Penal. “Más aun, es evidente que la Asamblea Legislativa ha identificado el adulterio como un mal social y destructor de nuestra familia al punto que lo ha mantenido como delito reiteradamente por ya más de un siglo”, escribió el magistrado para la ocasión. “Si la revisión del Código se aprueba sin el adulterio, se debilitará la posición de los jueces del Supremo que sostienen que no se puede proteger a una persona que está violando la ley”, opina la ex procuradora de las Mujeres, la licenciada María Dolores Fernós.
La líder feminista y también abogada Amárilis Pagán coincidió en que la determinación del Supremo de eliminarse el delito del adulterio quedaría nula, “porque perdería su principal racional”.
Más cambios
“Aquí lo que se cambia es una filosofía. Lo importante no es un detalle u otro, son los principios generales del Código. Su enfoque cambia de la peligrosidad del hecho, a la peligrosidad del autor. El Código tendrá como propósito balancear derechos, porque en el Código actual los acusados están arriba de las víctimas”, sentenció José Emilio González al defender el proyecto…
La realidad es que Puerto Rico vive una terrible crisis moral que incluso se ve en las altas jerarquías de la política. Gente que han sido convictos de delitos son defendidos, no se aplica la misma vara de justicia para todos. Se pervierte y se tuerce el derecho. La criminalidad sigue en aumento y los políticos se muestran incompetentes y sólo opinan vanas palabras que en nada resuelven lo problemas sociales. Parecería ser que en vez de orden conducen la sociedad a un verdadero desorden.
Esto también demuestra que los sectores religiosos no deben vincularse con políticos de ningún partido pues la política es sucia y contradictoria. Confiar en el hombre es caer en anatema. Por lo tanto, a Dios lo que es de Dios y a César lo que es de César.
"Maldito el varón que confía en el hombre..." (Jeremías 17:5)
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