Moldéate tú a Dios y no pretendas que Dios se moldee a ti. Él es el Dios y tú eres el siervo. Él es quien pone las reglas y los mandamientos y no el hombre. Crear un Dios a la medida de tus intereses es crear un ídolo falso.
"En cuanto a mí, veré tu rostro en justicia; Estaré satisfecho cuando despierte a tu semejanza." (Salmo 17:15)
"Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando." (Juan 15:14)
No es meramente decir: "tengo a Dios", "Dios está conmigo" o "amo a Dios". Es simplemente, obedecerle.
"Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él." (Juan 14:23)