¿Qué es la prepotencia religiosa? ¿Cómo la define la Biblia? La prepotencia según la define el diccionario es: "dominio, poder superior al de otros y, en especial, abuso de ese poder". Ahora, la "prepotencia" según la define la Biblia es: "menospreciar al hermano y considerarse superior o más capacitado que todos los demás con una actitud arrogante". Vea el cuadro bíblico: "A unos que confiaban en sí mismos como justos, y menospreciaban a los otros, dijo también esta parábola: Dos hombres subieron al templo a orar: uno era fariseo, y el otro publicano. El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano; ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano. Mas el publicano, estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador. Os digo que éste descendió a su casa justificado antes que el otro; porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla será enaltecido." (Lucas 18:9-14) No sólo se sugestionan en sus mentes creyéndose ser los dueños del cielo, sino que se creen capaces de determinar la justificación delante de Dios de otros. (Romanos 14:4)En este tiempo de crisis social que nos ha tocado vivir, Dios está usando a mucha gente en su llamado a arrepentimiento en la sociedad. Unos escuchan el mensaje y lo atienden, y otros hacen comentarios arrogantes como: "que se humille otro, yo soy muy buen cristiano", "eso es para los débiles, yo soy fuerte", y cosas semejantes a estas. Tengamos cuidado y no tengamos un más alto concepto de nosotros mismos, engañandonos. "Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo." (Apocalipsis 3:17) Por lo general, aquellos que se consideran haberlo alcanzado todo en cuanto a la fe, son los más necesitados de ella. Ni siquiera el apóstol Pablo habló de una manera tan arrogante, creyéndose ser dueño del cielo. Dice: "No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús." (Filipenses 3:12) NOTEMOS LA HUMILDAD Y LA DEPENDENCIA DE LA MISERICORDIA DE DIOS, DEL APOSTOL, VERSUS LA ARROGANCIA CON LA QUE HABLAN MUCHOS HOY DIA.
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