Vinimos al mundo gracias primero a Dios y luego a nuestros padres y madres. Eso es lo establecido por el Creador. Cualquier alteración a esta unión no se encuentra dentro de la ley para salvación. Dice: "Honra a tu padre y a tu madre, como Jehová tu Dios te ha mandado, para que sean prolongados tus días, y para que te vaya bien sobre la tierra que Jehová tu Dios te da" (Deuteronomio 5:16) Es obvio que los hombres tienden a tomar toda clase de decisiones diferentes a lo establecido por Dios, y por todas ellas darán cuentas al Creador. "Alégrate, joven, en tu juventud, y tome placer tu corazón en los días de tu adolescencia; y anda en los caminos de tu corazón y en la vista de tus ojos; pero sabe, que sobre todas estas cosas te juzgará Dios." (Ecl. 11:9)
Hoy en día se pretende justificar toda clase de aberraciones morales utilizando estratagemas de tecnicismos y falacias, argumentos llenos de sutilezas que hacen referencia a "derechos humanos", "diversidad social", "injusticia", "diversidad de pensamiento", y se procura victimizar a aquellos que tuercen las leyes naturales de la existencia. Tenemos gente defendiendo la pedofilia (Ej. NAMBLA) utilizando esa clase de argumentos artificiosos, tenemos gente en pro de uniones del mismo sexo utilizando exactamente esos mismos argumentos y tenemos el escenario de una sociedad que va en retroceso moral teniendo ya hundida la conciencia aún en las más altas esferas de los gobiernos que no saben discernir entre lo bueno y lo malo, entre lo correcto e incorrecto, porque ellos mismos son presas de injusticias sociales y de los abusos contra naciones enteras para favorecer los intereses de unos pocos. A estos no les importa el bienestar social, sino congraciarse con grupos que los apoyen para tratar de mantenerse en el poder.