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viernes, 6 de noviembre de 2009

Hacer la voluntad de Dios versus la comodidad humana

Escrito por Edward Vélez

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Tenemos el ejemplo en la Biblia de la total entrega de nuestro Señor Jesucristo hacia la voluntad del Padre celestial. Se nos dice que Jesucristo no escatimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse ni utilizó su posición como una excusa o pretexto para dejar de actuar a nuestro favor. Se nos dice:


“Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre.” (Filipenses 2:5-9)


En los cielos, el Hijo de Dios moraba en el trono con su padre. No tenia necesidad de nada sino que recibía junto al Padre toda gloria y poder. Sin embargo, cuando el hombre necesitó la redención fue el momento que el Hijo de Dios se ofreció como cordero expiatorio a favor de la humanidad.


"Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame a mí". (Is. 6:8)


Él pudo permanecer en su trono, esperando que el Padre buscara otra clase de solución para los problemas de los hombres. Sin embargo, en vez de permanecer en la comodidad de los cielos, Jesucristo vino a exponerse a las blasfemias de hombres desentendidos y dominados por la maldad. Como dice:


"Di mi cuerpo a los heridores, y mis mejillas a los que me mesaban la barba; no escondí mi rostro de injurias y de esputos". (Is. 50:6)


Él sabía que dejar el cielo para venir a actuar a favor de los hombres traería consecuencias funestas para su propia vida, pero también sabía que ese dolor sin igual que pasaría, sería la salvación y la vida para todos los hombres. Dios puso en balanza su propia vida, en un lado estaba la realidad de ser abofeteado, vituperado, escarnecido, calumniado y crucificado y en el otro lado estaba el mundo completo esperando la salvación. A Dios no le importó ser él mismo el cordero que derramaría su sangre ya que sabía que esa sangre limpiaría todos los pecados de la raza humana. Una vida sería derramada en un madero, pero el fruto de sus tristezas sería la vida y la resurrección para todos sus hijos.


Jesucristo consumando la redención del alma humana también ha dado el mensaje del evangelio para que los hombres puedan escuchar sobre las buenas noticias de que hay un salvador que puede tornar la tristeza en alegría, el llanto en gozo, la miseria en riqueza, el dolor en felicidad y la muerte en vida.


Siguiendo el ejemplo de la entrega total del Cristo por los pecadores, tenemos a aquellos quienes recibiendo su amor llevan el mismo mensaje de salvación. Como si fuera poco, los mismos sufrimientos de Cristo se siguen repitiendo en sus muchos hermanos. Hacer la voluntad de Dios en un mundo contradictor, es estar expuesto al sufrimiento.


"sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo". (I Pedro 5:9)


Los sufrimientos por los que pasa la iglesia no son para obra de redención sino que Jesucristo consumó la redención en la cruz. Sin embargo, a todo aquel que desea hacer la voluntad de Dios se le hace partícipe de sus sufrimientos. Se nos dice:


"Jesús les dijo: A la verdad, del vaso que yo bebo, beberéis". (Marcos 10:39a)



¿Cuál es el vaso del cuál podemos beber? El vaso del cual podemos beber es el hacer la voluntad del Padre. A veces, esa voluntad de Dios encuentra a un mundo contradictor y rebelde que se opone a la santidad de Dios.


"Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre; mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo".- (Marcos 13:13)


Si miramos el ejemplo bíblico nos daremos cuenta que desde el mismo comienzo se vio la guerra entre la luz y las tinieblas. Los justos han sido expuestos a vituperios y asechanzas simplemente por andar en justicia y en luz.


Caín se levanta contra Abel


El simple hecho de querer agradar a Dios provoca que el mundo maligno se levante en nuestra contra. El que desea seguir a Cristo no necesita ser la causa de la discordia en el mundo para que el mundo se levante contra ellos. El simple hecho de abrazar la luz nos pone en confrontación contra las tinieblas. Se nos dice que en un mundo dominado por la maldad, el hacer el bien constituye una amenaza para los malos y perversos. Tenemos el ejemplo de la fe de Abel. De cómo se conducía de manera santa y pura para Dios, sin embargo, su hermano quien no era justo, vio en su hermano un enemigo. Tanto era el odio que sentía Caín contra su hermano que se ensañó contra él para darle la muerte.


¿Fue Abel el causante de su muerte? ¿Cuál fue su pecado?


Se nos dice en la Biblia que la causa de la muerte de Abel fue por celos y envidia de su hermano. Porque las obras de Caín eran malas y las de su hermano justas.


"No como Caín, que era del maligno y mató a su hermano. ¿Y por qué causa le mató? Porque sus obras eran malas, y las de su hermano justas".(I Juan 3:12)


para que venga sobre vosotros toda la sangre justa que se ha derramado sobre la tierra, desde la sangre de Abel el justo hasta la sangre de Zacarías hijo de Berequías, a quien matasteis entre el templo y el altar. –(Mateo 25:35)



En un mundo lleno de maldad hacer el bien es tenido como una afrenta por los hijos de Lucifer. Predicar la verdad del evangelio clara y pura es tenido como una afrenta para los que perseveran en el pecado y en la maldad.


Son muchos los ejemplos que tenemos en la Biblia de personas que solo predicaban la verdad y eran considerados enemigos de parte de los oponentes de la vida.


¿Existirá en la sociedad diversidad de "ministerios" silenciosos incapaces de denunciar la maldad social con tal de mantener la comodidad y sus imperios de autocomplacencia terrenal? ¿Será semejante la situación espiritual al pasado de Israel?:


"Sus atalayas son ciegos, todos ellos ignorantes; todos ellos perros mudos, no pueden ladrar; soñolientos, echados, aman el dormir. Y esos perros comilones son insaciables; y los pastores mismos no saben entender; todos ellos siguen sus propios caminos, cada uno busca su propio provecho, cada uno por su lado. Venid, dicen, tomemos vino, embriaguémonos de sidra; y será el día de mañana como este, o mucho más excelente". -Is.56:10-12


Es muy triste el que el hombre piense que se puede servir a Dios guardando silencio y creyendo a la misma vez estar haciendo la voluntad de Dios.


Tenemos a un Saulo de Tarso que dominado por la hipocresía religiosa se había convertido en un asesino y verdugo contra todos aquellos que predicaran la vida que proviene de Cristo. Fue camino a Damasco que su ruta de persecución se convirtió en la ruta de la bendición. Siendo enemigo acérrimo de la vida se transformó en amigo de Dios. Siendo enemigo de los cristianos por la vida que en ellos moraba, se hizo amigo de Dios y de ellos capaz de entregar su vida por el mensaje de verdad recibido.


Pablo quien en su comienzo era Saulo, pudo haber visto el panorama de lo que le esperaba. Él sabía que salirse de la ruta de los conspiradores y ofensores contra los cristianos y cambiarse al bando de los de la fe de Jesús, pondría su vida en peligro de muerte. No solo de él sino de toda su familia. Él pudo guardar silencio. Él pudo haber comprado una casa hermosa con una amplia vista panorámica que diera al mar donde allí cómodamente pudo haber vivido tranquilo, pasivo, sosegado y afirmando ser “cristiano” sin ninguna clase de controversias, enfrentamientos y persecución de ninguna clase. Sin embargo, él sabía que esa no era la perfecta voluntad de Dios. Fue por esto que dejando toda clase de comodidades, y dejando de congraciarse con el mundo predicó el mensaje del evangelio constante y sonante. En cada esquina predicó a Cristo, se movió por las calles, por el templo y por las plazas exponiendo la verdad de Dios. No se escondió en un rincón a hablar palabras bonitas que sirvieran de entretenimiento a la gente con un matiz cristiano. No fundó iglesias para crear sistemas filosóficos de palabras halagadoras ni crear mentes de autocomplacencia ni de falsa prosperidad. Sino que expuso su vida como un alma que alumbraba en medio de las tinieblas. ¡Qué diferente al actuar de las sectas de nuestros días! Pablo, así como los que aman la verdad han sido expuestos a persecuciones, bofetadas, azotes, cárceles, difamaciones, torturas y toda clase de males.


Cabe preguntarnos, ¿no es extraño que existan supuestos ministerios los cuales son alabados por el mundo? ¿Son premiados por los mismos enemigos del evangelio de Cristo? La misma maldad que existía antes, es la misma maldad que existe hoy, y aun mayor.


En el mundo, existen diversidad de falsos evangelios. El evangelio de Cristo seguirá siendo luz entre las tinieblas y hasta que Cristo venga otra vez, la iglesia verdadera seguirá siendo la que hace la diferencia entre la verdad y la mentira, entre la luz y las tinieblas.


"Las palabras de los sabios son como aguijones; y como clavos hincados son las de los maestros de las congregaciones, dadas por un Pastor".(Ecl 12:11)


La Palabra de Dios, al ser luz en medio de tinieblas puede encontrar resistencia en los oídos de aquellos que están en tinieblas. El mismo Pablo encontró muchos enemigos por el simple hecho de hablar la verdad. Pablo pregunta:


"¿Me he hecho, pues, vuestro enemigo, por deciros la verdad?" -Ga. 4:16



El simple hecho de que Pablo hiciera esa pregunta nos demuestra que a veces, decir la verdad, le resulta fuerte a los oídos de aquellos que permanecen en su vieja esclavitud del pecado.



La invitación que Dios nos hace es a ser mansos y temerosos de la Palabra de Dios. A recibir su Palabra y tornarnos obedientes. Hay felicidad cuando un hombre deja de mostrar resistencia al mandamiento de Dios.



"y bienaventurado es aquel que no halle tropiezo en mí".Lucas 7:23



También se nos dice que hay un precio que pagar cuando el hombre persiste en contradecir la verdad de Dios.



"Pero respondiendo él, dijo: Toda planta que no plantó mi Padre celestial, será desarraigada".Mateo 15:13


Seamos pues mansos y obedientes a la voluntad del Padre sobre nuestras vidas.


¿Amamos a Cristo lo suficiente como para beber de su mismo vaso? ¿Estamos dispuestos a dar nuestras vidas de la misma manera que tenemos ejemplos de los hijos de Dios en la Biblia? ¿Estaremos muy cómodos viviendo un evangelio falso de "prosperidad" donde todo es a pedir de boca?

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