Un niño le dice a su papá: "Papi rayé tu auto con un clavo..." El padre furioso lo golpeó tan fuerte que lo dejó inconsciente. El padre arrepentido llorando le dice: "Hijo, despierta..." Pero ya era muy tarde, no tenía pulso alguno. Cuando el padre miró su auto, las rayas leían: AUNQUE TE OLVIDASTE DE MI CUMPLEAŇOS, ¡YO TE AMO MUCHO PAPÁ...!
(Dile no a la violencia infantil compartiendo este mensaje)
“Amar la lectura es trocar horas de hastío por horas de inefable y deliciosa compañía”. -John Fitzgerald Kennedy.