De esta manera reducen a Dios a un ser que se ve atado a todo lo que el hombre habla. Es decir, alegan que el hombre crea su propia realidad para bien o para mal hablando. Según estas teorías usted se sana, prospera y crece hablando e incubando ideas en su mente para luego parirlas como a una criatura.
El ejemplo bíblico nada tiene que ver con esas teorías que pretenden pasar como leyes. El ejemplo de los santos en la Biblia nos muestra a hombres dependiendo de Dios en medio de los problemas pero en ningún caso creando mundo ideales en sus mentes para salir de enfermedades, azotes, prisiones y demás.
Tenemos un Pablo esperando respuesta de Dios ante un azote en su carne.
Si la "ley de atracción" fuera cierta, ¿porqué Pablo no imaginó su cuerpo completamente sano para obtener su milagro? En cambio, oraba al Padre y le suplicaba esperando respuesta de Dios. No le fue dada sino solo la gracia. Tendría su enfermedad pero mantendría su fe en medio de ella.
Por supuesto que los "maestros" de la "confesión positiva" pensarán que su "revelación" es mayor que la que Pablo tenía. La fe bíblica deposita su petición a Dios quien tendrá la respuesta final, sea sí o no. Nunca el hombre por esfuerzo humano o algún poder que crea liberar...
Un caso parecido lo vemos en Job. Un hombre justo que no causó todos los problemas que le sobrevinieron en su vida. Sin embargo, los problemas llegaron para probar su fe. Fue libre de sus azotes por su fidelidad a Dios y no por "hablar positivo".
Así sucesivamente, son muchos los casos bíblicos que nada tienen que ver con la falsa "ley de atracción", sin embargo los promotores de la Nueva Era cristianizados buscarán matizar y pintar esas ideas con textos bíblicos para darlas como ciertas pero siendo falsas en esencia.
Aquí les comparto el capítulo 7 de mi libro:
Después de deshecha mi piel
*Todos los derechos reservados
7
Nuestra confianza en la tempestad
“Mas Jehová me ha sido por refugio,
y mi Dios por roca de mi confianza”.
−Salmo 94:22
La confianza se define como “la seguridad que uno tiene en si mismo, en una persona o cosa”. En lo que se refiere a confiar en Dios debemos meditar, ¿cuánto confiamos en Él como para ir caminando a abrazarle aún cuando el escenario sea turbulento, oscuro, impreciso, tenebroso, y no parezca firme el terreno que pisaremos caminando hacia Él. La historia en la Biblia nos muestra los aspectos esenciales que necesitamos frente a este panorama:
“...Y ya la barca estaba en medio de la mar, azotada por las olas; porque el viento era contrario. Mas a la cuarta vigilia de la noche, Jesús vino a ellos andando sobre el mar”.82
En primer lugar debemos notar que Jesús era conocedor del lugar donde estarían sus discípulos. De igual forma Él es conocedor como Creador del hombre de donde se encuentra cada hombre y todas las situaciones de vida que le pueden sobrevenir. En segundo lugar notamos que Jesucristo dejó el ejemplo de la oración intensa e individual que deben tener cada uno de sus hijos. En tercer lugar, la barca en medio de una mar contraria y tempestuosa toma la tipología de las situaciones en nuestra vida que son adversas o contrarias. Dice la historia que la barca era azotada por las olas y el viento era contrario. En medio del mar y con un panorama similar cualquiera pudiera irse a la deriva si no posee un horizonte claro. A veces en medio de un mar inquieto y oscuro deseamos que Dios venga en nuestra ayuda lo antes posible ya que como humanos tendemos a perder las esperanza. La Biblia dice:
“La esperanza que se demora es tormento del corazón;
Pero árbol de vida es el deseo cumplido”. 83
¿Cuántas veces nos sentimos atormentados cuando creemos que la respuesta a nuestra oración parece no llegar? Sentimos como si Dios estuviera muy lejos y no escuchara nuestro clamor cuando envueltos en nuestro afán demandamos respuesta rápida al enfocarnos en el turbulento ambiente.
En momentos de oscuridad es cuando más la gente tiende a demandar ayuda y socorro de Dios. Son muchos los que se ven auto-confiados cuando el sol brilla a plenitud y se ve el azul cielo y los vientos parecen muy favorables, pero son muy pocos los que se mantienen igual de firmes cuando el escenario es rodeado por tinieblas.
Fue en la fría y cuarta vigilia que Jesús entra en escena. Jesús vino a ellos caminando sobre el mar demostrando su poder sobre la creación. Él no vino para hacerles un espectáculo de ilusionismo ni de magia asombrosa. Tampoco vino a aterrorizarlos con alguna demostración de poderes oscuros como muchos hoy día suponen y hasta imitan utilizando fuerzas de las tinieblas. Él vino como hijo de Dios dominando sobre la naturaleza para que sus discípulos comprendieran que en medio de la más oscura prueba y tempestad deben tener fe en Dios el cual tiene poder para cambiar el panorama de desasosiego en tranquilidad y paz. Dice la historia que la manera sorpresiva como Jesús se les apareció provocó que ellos pensaran que era un espectro, alguna clase de espíritu errante que la gente común tiende a hacer cuentos de los mismos. El suceso de Pedro se describe:
a. Ve a Jesús caminando sobre el mar
b. Aún con duda, le hace una petición a Jesucristo que le mande a caminar sobre el mar así como Él.
c. Jesús le contesta la petición.
d. Pedro camina sobre el mar impulsado por el reconocer de la autoridad y poder de Jesús.
e. Puso su mirada en los fuertes vientos.
f. Tuvo miedo
g. Comenzó a hundirse
h. Jesús lo asió por la mano y lo libró de perecer.
Esta historia nos muestra y nos enseña una gran lección. Muchos de nosotros hemos tenido un encuentro personal con Jesucristo. Conocemos que él es todo Dios y salvador. Sabemos que él se encarnó y vino como hombre sujeto a padecimientos semejantes a los nuestros. Fue un varón perfecto y sin pecado para con Dios. Es el victorioso que puso a sus enemigos por debajo de sus pies y dio autoridad a la iglesia. Conocemos que todo lo puede y que es el objeto de nuestra fe. Con su ayuda sabemos que de igual forma lo lograremos todo. Sin su ayuda no lograremos nada. La tormenta se torna en tipo o sombra de todo aquello que puede alterar el curso normal de las cosas en nuestra vida. Como hemos dicho antes: pruebas, enfermedad, escasez, hambre crisis, etc. Todo eso se puede transformar en un mar con impetuosos vientos. Pero nos sucede igual que a Pedro. Vemos la figura de un hombre que viene caminando por encima del agua. Sabemos que no se trata de un ilusionista ni de ninguna clase de mago de oscura procedencia sino que el que está allí parado es el Mesías salvador. Sabemos que Él tiene todas las respuestas y esperanzas que estamos buscando y esperando. Nuestra oración se eleva y parafrasea de la misma forma que lo hizo Pedro: “Dios mío, si eres tú el que estas allí para ayudarme, manda que yo vaya a ti y pueda vencer así como tú lo haces”. De momento Dios nos contesta y comenzamos a caminar en fe y al parecer todo va bien. Pero en medio del caminar hacia nuestra meta surgen elementos que si entretienen nuestra mirada pueden hacernos caer y perecer. Pero, que bueno que está la mano de Dios que nos agarra por el brazo y no nos deja hundirnos y morir anegado por las aguas.¿Cuánto confiamos en él como para ir mirándole como el blanco de nuestra fe sin importar las circunstancias?84
¿Cuánto confías en Él para clamar y pedirle en medio de tu necesidad? ¿En medio de tu necesidad estás dispuesto a esperar en Él o buscas remedios rápidos y alternos con tal de solo aliviar tu situación? ¿Qué tal si Él demora en su contestación? ¿Le esperarías aún?
La fe bíblica
¿Qué es la fe? La definición de la fe se encuentra en la misma Biblia y se define como: “la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve” 85 De primera instancia la fe pudiera parecer ser definida como una acción o verbo individual a Dios y con carácter independiente. Sin embargo, este no es el propósito bíblico de querer glorificar la fe en si misma.
En Hebreos encontramos algunos ejemplos de la fe activa y provocando respuesta de Dios afectando la realidad existente. Por medio de ella:
- “Se constituyó el universo por la Palabra de Dios”.
Este primer aspecto de la fe, les hace concluir a los maestros de la “super fe” para afirmar que Dios es un “Dios de fe”, dejando abierta la posibilidad para que exista algo mayor que Dios. Aunque ellos no aclaran y no detallan mucho en este punto, proponen a un Dios que tiene fe en el poder de las palabras, en especial del “rhema”. Sin embargo, esto es un gran error. Dios no tiene fe en su palabra “rhema”, sino que Dios como ser supremo y más alto que todas las cosas, habla y crea las cosas por su mandato y su poder. No es el poder del “rhema” sino el poder de Dios.
- “Por ella alcanzaron buen testimonio los antiguos”.
El Antiguo Testamento narra la historia del pueblo judío. Desde el más remoto pasado se documentó como Dios al elegir un pueblo para sí puso como requisito la fe como señal de separación de entre todas las naciones de la tierra.
- “Por la fe comprendemos que el universo fue hecho por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía”.
Ninguno de nosotros vio a Dios creando la tierra y poniendo las leyes de la naturaleza, sin embargo, creemos que así fueron creadas todas las cosas. Por la fe comprendemos que así fue hecho. El poder de Dios usando como vehículo la palabra creó todas las cosas existentes de la nada. Dios más que poseer fe, posee poder ya que de Dios es el poder.
- “Por la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín...”.
La fe de Abel lo condujo a perfeccionar su ofrenda hacia Dios reconociendo que Él recibe las primicias y conoce el corazón del hombre.
- “Por la fe Enoc fue traspuesto para no ver muerte...”
La fe de Enoc lo condujo a andar con Dios como viendo al invisible y viviendo en santidad Dios mismo lo recogió hacia el mismo cielo. Esa clase de gente viviendo en santidad serán arrebatados al mismo cielo así como Enoc sin ver muerte física.
- “Por la fe Noé, cuando fue advertido por Dios acerca de cosas que aún no se veían, con temor preparó el arca en que su casa se salvaría, y por esa fe condenó al mundo y fue hecho heredero de la justicia que viene por la fe”.
Por la misma fe la iglesia es advertida de las cosas que se avecinan y se preparan para irse con Jesucristo. Siendo de testimonio de santidad frente a un mundo pecador el mundo impío será condenado y los que entraron por la puerta que es Jesucristo serán herederos de lo celestial.
- “Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir como herencia; y salió sin saber a dónde iba”.
Abraham fue llamado a tener muchos hijos, quienes somos todos aquellos que al igual que él hemos salido del mundo para caminar en pos de una herencia. Ninguno de nosotros hemos visto el hogar prometido sino que le creemos a Dios y a su Palabra.
- “Por la fe habitó como extranjero en la tierra prometida como en tierra ajena... Porque esperaba la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios”.
De la misma forma que Abraham salió de su tierra, así la iglesia fue sacada del mundo y consagrada a Dios para alcanzar la misma promesa dada a Abraham, Isaac, Jacob y alcanzar la ciudad celestial a la que hemos sido llamados. Ciudad de paz y de santidad.
- “Por la fe también la misma Sara, siendo estéril, recibió fuerza para concebir; y dio a luz aun fuera del tiempo de la edad, porque creyó que era fiel quien lo había prometido. Por lo cual también, de uno, y ese ya casi muerto, salieron como las estrellas del cielo en multitud, como la arena innumerable que está a la orilla del mar”.
La fe de Sara estaba puesta en aquel que va mas allá de las limitaciones humanas. Aquel para quien todas las cosas son posibles. Al igual que Sara, los hijos e hijas de la fe pueden conquistar grandes bendiciones cuando creen que Dios puede hacer más allá de lo que el hombre puede y más allá de lo que la mente humana puede comprender.
- “En la fe murieron todos estos sin haber recibido lo prometido, sino mirándolo de lejos, creyéndolo y saludándolo, y confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra”.
Los santos del Antiguo y Nuevo Testamento tenían algo en común con todos nosotros. Todos aguardaban la ciudad incorruptible donde todos seremos vestidos de inmortalidad y donde Jesucristo es pastor para siempre. Un lugar celestial donde no existe la maldad ni el llanto y donde reina Dios y sus hijos le sirven y son servidos.
- “Por la fe anhelaban una mejor (una patria), esto es, celestial, por lo cual Dios no se avergüenza de llamarse Dios de ellos, porque les ha preparado una ciudad”.
Todos los santos hijos de Dios tienen la misma esperanza, ir a la casa de Dios y morar para siempre en ella, pues es en ella donde está la presencia de Dios.
- “Por la fe Abraham, cuando fue probado, ofreció a Isaac...”
La fe en Dios a veces conduce al hombre a creerle a Dios aunque las cosas parezcan contradictorias e irrazonables para el hombre, siempre y cuando para Dios sean razonables y aceptables. Conociendo que Dios todo lo conoce y todo lo puede será capaz de dar un final de bendición por encima de lo que podamos comprender.
- “Por la fe bendijo Isaac a Jacob y a Esaú respecto a cosas venideras”.
La fe se basa en Dios con miras en lo que no ha llegado aún.
- “Por la fe Jacob, al morir, bendijo a cada uno de los hijos de José y adoró apoyado sobre el extremo de su bastón”..
La fe en Dios provoca que sus hijos reciban palabra de parte de Dios y la hablen a favor de los nuestros. Dios no deja caer esas palabras sino que las respalda.
- “Por la fe José, al morir, mencionó la salida de los hijos de Israel y dio mandamiento acerca de sus huesos”.
La fe conecta al hombre con la voluntad de Dios para traer palabras de lo que aún no acontece, pero que de seguro tendrá lugar.
- “Por la fe Moisés ...rehusó llamarse hijo de la hija del faraón, prefiriendo ser maltratado con el pueblo de Dios, antes que gozar de los deleites temporales del pecado, teniendo por mayores riquezas el oprobio de Cristo que los tesoros de los egipcios, porque tenía puesta la mirada en la recompensa...”
Por la fe los santos del Antiguo Testamento creyeron en Jesucristo sin haberle visto pues vivieron siglos antes de la encarnación del Mesías. Por la fe se valora las cosas celestiales más que las cosas terrenales visibles pero temporeras.
- “Por la fe pasaron el Mar Rojo como por tierra seca; e intentando los egipcios hacer lo mismo, fueron ahogados”.
Lo que distingue al pueblo de Dios de las demás naciones que perecen es que los hijos de Dios tienen fe en Él, le creen, le sirven, le siguen y le adoran. En cambio los que de Él se alejan perecen anegados.
- “Por la fe cayeron los muros de Jericó después de rodearlos siete días”.
La fe no es poderosa en si misma pero cuando el pueblo obedece a Dios los muros caen por el poder de Dios.
- “Por la fe Rahab la ramera no pereció juntamente con los desobedientes, porque recibió a los espías en paz”.
Dios está buscando hombres y mujeres de fe, sin importar cual sea su condición. La fe puede transformar a hombres impíos en santos hijos de Dios.
- “…por fe, conquistaron reinos, hicieron justicia, alcanzaron promesas, taparon bocas de leones, apagaron fuegos impetuosos, evitaron filo de espada, sacaron fuerzas de debilidad, se hicieron fuertes en batallas, pusieron en fuga ejércitos extranjeros. Hubo mujeres que recobraron con vida a sus muertos; pero otros fueron atormentados, no aceptando el rescate, a fin de obtener mejor resurrección. Otros experimentaron oprobios, azotes y, a más de esto, prisiones y cárceles. Fueron apedreados, aserrados, puestos a prueba, muertos a filo de espada. Anduvieron de acá para allá cubiertos de pieles de ovejas y de cabras, pobres, angustiados, maltratados”.
¿Qué de nosotros? ¿Seremos meros espectadores o comenzaremos a creerle a Dios y a vivir en santidad para alcanzar las promesas de Dios?
¿El poder de la lengua?
La llamada “ley de atracción” propone que todo lo que le aconteció a Job fue el producto o resultado de temores internos y por consiguiente Job era culpable por todo lo sucedido. Lo que hay detrás del poder de las palabras o rhema es la culpa humana sobre todo lo negativo que le pueda acontecer. Uno de los textos que ellos utilizan para justificar sus ideas son:
“La muerte y la vida están en el poder de la lengua,
y el que la ama comerá de sus frutos.”86
Asumen que las palabras se convierten en orden y mandato para cambiar todo lo que nos rodea. Si esa teoría fuera cierta, Job hubiera arreglado todo con solo “hablar positivo”. Por lo contrario, Job derramaba lágrimas, se quejaba de su dolor y de su situación de angustia como cualquier ser humano pero con la esperanza de que Dios cambiara el escenario. Obviamente toda persona que padece de una enfermedad le resulta menos dolorosa si posee una actitud positiva, optimista y de buena esperanza.87 La fe se convierte en el elemento vital de todos aquellos que aman a Dios y su justicia. 88
La fe se relaciona más a una actitud de agrado delante de Dios. Un estilo de vida que Dios da y pone en el corazón regenerado. Sin embargo, le extiende la mano a pecadores para que por medio de ella puedan tocar a Dios y ser libres.
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