jueves, 6 de octubre de 2011

El servicio versus la codicia de cosas materiales

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El apóstol nos dejó el ejemplo del desinterés, el verdadero amor al prójimo y el servicio versus la corriente del mundo de pretender enriquecerse de otros.

Por tanto, velad, acordándoos que por tres años, de noche y de día, no he cesado de amonestar con lágrimas a cada uno. Y ahora, hermanos, os encomiendo a Dios, y a la palabra de su gracia, que tiene poder para sobreedificaros y daros herencia con todos los santificados. Ni plata ni oro ni vestido de nadie he codiciado. Antes vosotros sabéis que para lo que me ha sido necesario a mí y a los que están conmigo, estas manos me han servido. En todo os he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir. (Hechos 20:31-35)

¡Cuánta diferencia entre el verdadero apóstol versus los mercaderes que están rampantes en cada esquina en el mundo de hoy!

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