No soy adventista ni estoy de acuerdo con la doctrina de Elena G. White, pero lo que hicieron ayer en el pueblo de Rincón es digno de admiración. Un grupo de gente bastante grande estaba al lado de la carretera con pancartas y letreros ofreciéndole a la gente oración. “Servi-carro de oración” “Queremos orar por ti”. Si la iglesia saliera del sueño en sus laureles, Puerto Rico sería un mejor lugar para vivir.