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Testimonio de Eugenio Masías (Ex-satanista)
“Amar la lectura es trocar horas de hastío por horas de inefable y deliciosa compañía”. -John Fitzgerald Kennedy.
Son muchos los que hoy en día piensan que ser feliz es tener una casa lujos en una colina donde puedan admirar un gran paisaje a la orilla del mar. Tener toda clase de bienes materiales, lujos, comodidades, dinero y una vida de ensueño a granel. Lamentablemente hoy, aun en los núcleos religiosos se dedican a venderle una mentalidad de sueño de realeza material a la gente. Cuando miramos el ejemplo de los apóstoles y profetas, esto se distancia mucho del mundo ideal que busca la gente. La felicidad de los verdaderos cristianos nunca fue el tener bienes y riquezas sino el hacer la voluntad del Padre. Observemos por un breve instante la vida del apóstol Pablo y descubramos que haciendo la voluntad de Dios no siempre será todo color de rosa.
Algunos sucesos narrados en el libro de los Hechos en torno a la vida de los primeros discípulos:
1) Siendo llenos de la persona y del poder del Espíritu Santo (Hechos 2)
2) Predicando ante más de 3,000 personas y testificando sobre Jesucristo. Dios haciendo milagros y proezas por medio de ellos. Muchos creían y eran bautizados. (Hechos 2:14-42).
3) Sanando enfermos en el nombre de Jesucristo (Hechos 3)
4) Testificando del Cristo resucitado frente a aquellos que le crucificaron y llamando al pueblo al arrepentimiento. (Hechos 3: 11-26)
5) Siendo encarcelados por la conspiración de falsos religiosos. (Hechos 4: 1-22)
6) Testificando del poder de Jesucristo frente a los gobernantes. (Hechos 4: 1-22)
7) Más de 5,000 personas creen en Jesucristo. (Hechos 4: 1-22)
8) Siendo amenazados para que no testificasen sobre Jesucristo. (Hechos 4: 19-22)
9) Orando a Dios para que intervenga y se glorifique en medio de toda oposición. (Hechos 4: 23-31)
10) Compartiendo de todo y con todos. (Hechos 4: 32-37)
11) Pedro confronta a Ananías y Safíra y el Espíritu Santo los juzga y mueren al instante. (Hechos 5: 1-11)
12) Predicando, sanando, libertando a los oprimidos por el diablo. (Hechos 5: 12-16)
13) Siendo perseguidos y amenazados por el poder de los falsos religiosos. (Hechos 5: 17-42)
14) Trabajando para la iglesia. (Hechos 6:1-7)
15) Siendo calumniados, difamados y asesinados por los conspiradores anticristianos. (Hechos 6:8-15) (Hechos 7) Los enemigos del evangelio ponen testigos falsos para mentir y difamar a los cristianos. (Hechos 6:13)
Testificando de Jesucristo frente a los conspiradores y asesinos.
16) Siendo perseguidos y ultrajados por los falsos religiosos. (Hechos 8:1-3)
17) Predicando en Samaria y en diferentes lugares. Libertando a los cautivos y haciendo la obra de Dios. (Hechos 8:4-40)
18) Saulo de Tarso el perseguidor de la iglesia tiene un encuentro con Jesucristo. (Hechos 9)
19) Dios hace milagros de sanidades por medio de Pedro. Una mujer resucita. (Hechos 9:32-43)
20) Predicando a los gentiles. (Hechos 10)
21) Administrando la iglesia en diferentes lugares. (Hechos 11)
22) Jacobo es asesinado. (Hechos 12)
23) Pedro es encarcelado (Hechos 12)
24) Dios interviene y saca a Pedro de la cárcel. (Hechos 12:6-19)
25) Dios juzga a Herodes y muere. (Hechos 12:20-25)
26) Predican en diferentes lugares (Hechos 13).
27) Siendo apedreados y perseguidos siguen avanzando en la predicación por diferentes lugares. (Hechos 14)
28) Haciendo un llamado hacia la verdadera fe y predicando en diferentes lugares. (Hechos 15)
29) Predicando, siendo perseguidos y hasta encarcelados. (Hechos 16)
30) Predicando en todo lugar. Enfrentando a los conspiradores. Llamando a los idólatras al arrepentimiento. (Hechos 17)
31) Siendo dirigidos por el Espíritu Santo hacia diferentes lugares a predicar. Venciendo la oposición. (Hechos 18)
32) Ministrando el bautismo en el Espíritu Santo. Libertando y sanando a los pecadores arrepentidos. (Hechos 19) Los idólatras se levantan contra los cristianos. Los cristianos predican contra los ídolos.
33) Llevando la Palabra de Dios a diferentes lugares. (Hechos 20)
34) Predicando y siendo arrestados por los enemigos del evangelio encumbrados en poderío religioso y político.
35) Pablo predica y es llevado ante las autoridades. (Hechos 22)
36) Siendo llevados injustamente ante las autoridades por el simple hecho de predicar de Cristo. Recibiendo los efectos del complot de los anticristianos. Siendo enviados a los gobernantes para ser juzgados. (Hechos 23)
37) Presentando defensa ante los gobernantes. (Hechos 24)
38) Escapando de la conspiración de los malignos. Siendo llevados ante gobernantes. (Hechos 25)
39) Enfrentando a los conspiradores que buscaban matarles. (Hechos 26) Testificando de Cristo frente a los adversarios.
40) Llevados presos y sufriendo el naufragio. Testificando de Jesucristo en medio de toda adversidad. (Hechos 27)
41) Predicando a Cristo en medio de gran soledad, persecución y toda adversidad. Llevando la Palabra muy lejos y no haciendo caso de la oposición. (Hechos 28)
Cabe preguntarnos, ¿estamos nosotros haciendo la voluntad de Dios? ¿Estamos procurando hacer lo que Cristo nos manda o tenemos como meta nuestro mundo ideal a pedir de boca en búsqueda de “comodidad” y “bienestar”?
Esta verdad contrasta con la falsa corriente religiosa moderna del ecumenismo, aduladores de palabra para sacar provecho, mensajes ambiguos vendidos a los intereses del mundo, y la falsa "unidad" donde proponen que todos los caminos conducen a Dios.
*
Averg:uéncense todos los que sirven a las imágenes de talla,
Los que se glorían en los ídolos.
Póstrense a él todos los dioses. (Salmo 97:7)
Serán vueltos atrás y en extremo confundidos los que confían en ídolos, y dicen a las imágenes de fundición: Vosotros sois nuestros dioses. (Isaías 42:17)
Pablo predicó contra la idolatría y no por eso era falto de amor:
Mientras Pablo los esperaba en Atenas, su espíritu se enardecía viendo la ciudad entregada a la idolatría. Así que discutía en la sinagoga con los judíos y piadosos, y en la plaza cada día con los que concurrían. Y algunos filósofos de los epicúreos y de los estoicos disputaban con él; y unos decían: ¿Qué querrá decir este palabrero? Y otros: Parece que es predicador de nuevos dioses; porque les predicaba el evangelio de Jesús, y de la resurrección. Y tomándole, le trajeron al Areópago, diciendo: ¿Podremos saber qué es esta nueva enseñanza de que hablas? Pues traes a nuestros oídos cosas extrañas. Queremos, pues, saber qué quiere decir esto. (Porque todos los atenienses y los extranjeros residentes allí, en ninguna otra cosa se interesaban sino en decir o en oír algo nuevo.) Entonces Pablo, puesto en pie en medio del Areópago, dijo: Varones atenienses, en todo observo que sois muy religiosos; porque pasando y mirando vuestros santuarios, hallé también un altar en el cual estaba esta inscripción: AL DIOS NO CONOCIDO. Al que vosotros adoráis, pues, sin conocerle, es a quien yo os anuncio. El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por manos humanas, ni es honrado por manos de hombres, como si necesitase de algo; pues él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas. Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los límites de su habitación; para que busquen a Dios, si en alguna manera, palpando, puedan hallarle, aunque ciertamente no está lejos de cada uno de nosotros. Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos; como algunos de vuestros propios poetas también han dicho: Porque linaje suyo somos. Siendo, pues, linaje de Dios, no debemos pensar que la Divinidad sea semejante a oro, o plata, o piedra, escultura de arte y de imaginación de hombres. Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan; por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos. Pero cuando oyeron lo de la resurrección de los muertos, unos se burlaban, y otros decían: Ya te oiremos acerca de esto otra vez. Y así Pablo salió de en medio de ellos. Mas algunos creyeron, juntándose con él; entre los cuales estaba Dionisio el areopagita, una mujer llamada Dámaris, y otros con ellos. (Hechos 17:16-34)
Por tanto, amados míos, huid de la idolatría. (I Cor. 10:14)
23 Hubo por aquel tiempo un disturbio no pequeño acerca del Camino.
El mensaje de Pablo fue precisamente denunciar la idolatría en un pueblo idolatra. Pablo no guardó silencio con el pretexto de “hay que tener amor”. Ya que el amor de Dios es precisamente eso, llamar al pueblo al arrepentimiento.
Porque un platero llamado Demetrio, que hacía de plata templecillos de Diana, daba no poca ganancia a los artífices; a los cuales, reunidos con los obreros del mismo oficio, dijo: Varones, sabéis que de este oficio obtenemos nuestra riqueza; pero veis y oís que este Pablo, no solamente en Efeso, sino en casi toda Asia, ha apartado a muchas gentes con persuasión, diciendo que no son dioses los que se hacen con las manos. Y no solamente hay peligro de que este nuestro negocio venga a desacreditarse, sino también que el templo de la gran diosa Diana sea estimado en nada, y comience a ser destruida la majestad de aquella a quien venera toda Asia, y el mundo entero. Cuando oyeron estas cosas, se llenaron de ira, y gritaron, diciendo: !!Grande es Diana de los efesios! –Hechos 19:23-28
Es obvio que este mensaje no le gustará a aquellos que se empeñan en seguir en sus negocios pero eso no es ningún problema. Ya que los que son de Dios permanecerán y escucharán. Los que no son de Dios se enojarán y se irán.
¿Qué de los que se ofenden con la verdad?
Entonces se acercaron a Jesús ciertos escribas y fariseos de Jerusalén, diciendo: ¿Por qué tus discípulos quebrantan la tradición de los ancianos? Porque no se lavan las manos cuando comen pan. Respondiendo él, les dijo: ¿Por qué también vosotros quebrantáis el mandamiento de Dios por vuestra tradición? Porque Dios mandó diciendo: Honra a tu padre y a tu madre; y: El que maldiga al padre o a la madre, muera irremisiblemente. Pero vosotros decís: Cualquiera que diga a su padre o a su madre: Es mi ofrenda a Dios todo aquello con que pudiera ayudarte, ya no ha de honrar a su padre o a su madre. Así habéis invalidado el mandamiento de Dios por vuestra tradición. Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, cuando dijo: Este pueblo de labios me honra; Mas su corazón está lejos de mí. Pues en vano me honran, enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres. Y llamando a sí a la multitud, les dijo: Oíd, y entended: No lo que entra en la boca contamina al hombre; mas lo que sale de la boca, esto contamina al hombre. Entonces acercándose sus discípulos, le dijeron: ¿Sabes que los fariseos se ofendieron cuando oyeron esta palabra? Pero respondiendo él, dijo: Toda planta que no plantó mi Padre celestial, será desarraigada. Dejadlos; son ciegos guías de ciegos; y si el ciego guiare al ciego, ambos caerán en el hoyo. (Mateo 15:1-14)
¿Predicamos por agradar el oído de la gente o por exponer la verdad contundente de Jesucristo? Cuando predicamos los que Dios nos da, eso es amor.
No a nosotros, oh Jehová, no a nosotros, sino a tu nombre da gloria, por tu misericordia, por tu verdad. ¿Por qué han de decir las gentes: ¿Dónde está ahora su Dios? Nuestro Dios está en los cielos; Todo lo que quiso ha hecho. Los ídolos de ellos son plata y oro, obra de manos de hombres. Tienen boca, mas no hablan; Tienen ojos, mas no ven; Orejas tienen, mas no oyen; Tienen narices, mas no huelen; Manos tienen, mas no palpan; Tienen pies, mas no andan; No hablan con su garganta. Semejantes a ellos son los que los hacen, y cualquiera que confía en ellos. (Salmo 115:1-8)
*
Porque este Melquisedec, rey de Salem, sacerdote del Dios Altísimo, que salió a recibir a Abraham que volvía de la derrota de los reyes, y le bendijo, a quien asimismo dio Abraham los diezmos de todo; cuyo nombre significa primeramente Rey de justicia, y también Rey de Salem, esto es, Rey de paz; sin padre, sin madre, sin genealogía; que ni tiene principio de días, ni fin de vida, sino hecho semejante al Hijo de Dios, permanece sacerdote para siempre. Considerad, pues, cuán grande era éste, a quien aun Abraham el patriarca dio diezmos del botín. Ciertamente los que de entre los hijos de Leví reciben el sacerdocio, tienen mandamiento de tomar del pueblo los diezmos según la ley, es decir, de sus hermanos, aunque éstos también hayan salido de los lomos de Abraham. Pero aquel cuya genealogía no es contada de entre ellos, tomó de Abraham los diezmos, y bendijo al que tenía las promesas. Y sin discusión alguna, el menor es bendecido por el mayor. Y aquí ciertamente reciben los diezmos hombres mortales; pero allí, uno de quien se da testimonio de que vive. Y por decirlo así, en Abraham pagó el diezmo también Leví, que recibe los diezmos; porque aún estaba en los lomos de su padre cuando Melquisedec le salió al encuentro. Si, pues, la perfección fuera por el sacerdocio levítico (porque bajo él recibió el pueblo la ley), ¿qué necesidad habría aún de que se levantase otro sacerdote, según el orden de Melquisedec, y que no fuese llamado según el orden de Aarón? Porque cambiado el sacerdocio, necesario es que haya también cambio de ley; y aquel de quien se dice esto, es de otra tribu, de la cual nadie sirvió al altar. Porque manifiesto es que nuestro Señor vino de la tribu de Judá, de la cual nada habló Moisés tocante al sacerdocio. Y esto es aun más manifiesto, si a semejanza de Melquisedec se levanta un sacerdote distinto, no constituido conforme a la ley del mandamiento acerca de la descendencia, sino según el poder de una vida indestructible. Pues se da testimonio de él: Tú eres sacerdote para siempre, según el orden de Melquisedec. Queda, pues, abrogado el mandamiento anterior a causa de su debilidad e ineficacia (pues nada perfeccionó la ley), y de la introducción de una mejor esperanza, por la cual nos acercamos a Dios. Y esto no fue hecho sin juramento; porque los otros ciertamente sin juramento fueron hechos sacerdotes; pero éste, con el juramento del que le dijo: Juró el Señor, y no se arrepentirá: Tú eres sacerdote para siempre, según el orden de Melquisedec. Por tanto, Jesús es hecho fiador de un mejor pacto. Y los otros sacerdotes llegaron a ser muchos, debido a que por la muerte no podían continuar; mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable; por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos. Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos; que no tiene necesidad cada día, como aquellos sumos sacerdotes, de ofrecer primero sacrificios por sus propios pecados, y luego por los del pueblo; porque esto lo hizo una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo. Porque la ley constituye sumos sacerdotes a débiles hombres; pero la palabra del juramento, posterior a la ley, al Hijo, hecho perfecto para siempre. (Hebreos 7)
Gracias Jesucristo, porque en la cruz exclamaste: “Consumado es” (Juan 19:30) y no dijiste: “continuará”.
Gracias Dios por abrir el camino al trono de la gracia de una vez y para siempre. (Hebreos 4:16)
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La Nueva Era tiene la filosofía y la ideología que no existe diferencia entre el Creador y las criaturas. Es decir, afirman que todo es Dios. Cada cosa, árboles, rocas, plantas, la naturaleza, los animales, el hombre y demás son elevados al mismo nivel de deidad. De esta forma, la Nueva Era entrona al hombre en la deidad. El reconocido astrólogo Walter Mercado afirma que usted puede declarar toda clase de cosas para su vida y éstas se harán reales por el simple hecho de la palabra hablada. Los nuevaeristas afirman que las palabras tienen el poder de cambiar todo alrededor. Ellos afirman que el poder procede de la mente humana que rige todas las cosas. Que con hablar positivo usted crea toda una realidad. Estas ideologías las han llevado a conducir a la gente a sugestionarse con toda clase de cosas y pretender obtenerlas por medio del poder de la mente. Han propuesto penetrar toda clase de áreas como: la salud, las finanzas, y todo lo que incumbe al ser humano. Los nuevaeristas afirman que usted para obtener su mundo ideal de persona prospera, sana, productiva, etc., lo que debe hacer es controlar su mente y crear un cuadro ideal donde usted se vea a si mismo como quiere ser. De ésta manera, usted será conducido a confesar con su boca ese cuadro ideal que usted ha creado en su mente. Ellos pretenden crear un lazo entre los pensamientos en su interior y la realidad que lo rodea. Ellos responsabilizan su realidad con lo que usted piensa en su interior. De ésta manera, lo responsabilizan a usted por su pobreza o su riqueza de acuerdo a como usted se proyecta en su interior. Proponen que un hombre puede llegar a ser rico si crea un cuadro de millonario en su interior y lo confiesa día a día. Aseguran que el meramente confesar e incubar en el interior producirá toda clase de cambios en su ambiente. El autor David Yongui Cho afirma en su libro “La Cuarta Dimensión” que los budistas y monjes tibetanos obtienen sus milagros utilizando métodos que los enlazan al poder sobrenatural de los demonios. El propio David Yongui Cho asegura que esa clase de sugestiones que producen cosas milagrosas se basa en una conexión demoníaca. Sin embargo, el propio David Yongui Cho afirma que los cristianos pueden usar métodos similares de sugestión mental para crear la realidad que desean pero en cierta manera trata de cristianizar las mismas practicas que afirma que son demoníacas en los budistas.
La diferencia entre lo que cree el mundo y lo que enseña la Biblia
Parafraseando lo que dice el mundo y lo que dice la Biblia:
El mundo y la Nueva Era dicen:
“Usted es dios puede crear su propia realidad”
La Biblia nos dice:
“Hay un solo Dios al cual podemos clamar para que responda”
El mundo y la Nueva Era dicen:
“Cree y confiese tu realidad y la tendrás”
La Biblia nos dice:
“Clama, ruega y pide a Dios por tus peticiones y él las concederá de acuerdo a su voluntad”
El mundo y la Nueva Era dicen:
“Ordénale al ambiente por medio de las palabras”
La Biblia nos dice:
“Clama a mi, y yo te responderé”
La Biblia en ninguna parte conduce al creyente a pretender crear su propia realidad por medio de sugestiones mentales o como si se tratara del fruto de algún poder humano liberado. En cambio, procura que los hombres se humillen ante Dios el cual dará todas las cosas. Dios promete responder, pero no se trata de un Dios que obedece al hombre, sino de un Dios misericordioso que escucha el clamor del hombre y se mueve a misericordia con obras de bien, salud y prosperidad.
La fe distorsionada de la Nueva Era ya introducida en las iglesias hacen una mezcla de técnicas paganas de “confiésalo y recíbelo”. Una fe que por un lado menciona a Jesús, y por otro lado pretende obtener toda clase de cosas usando las mismas técnicas de los budistas tibetanos. De eso trata el libro La Cuarta Dimensión (Paul Yongui Cho). Introduce al creyente en un mundo de técnicas budistas cristianizadas.
Creí; por tanto hablé… (Salmo 116:10)
Los nuevaeristas cristianizados trataran de utilizar toda clase de textos bíblicos que creen justifican sus ideas. Uno de los textos usados lo es el Salmo 116:10. Allí aparece la frase: “Creí; por tanto hablé”. Esa simple frase les sirve a los nuevaeristas para justificar el “confiésalo y recíbelo”. El “confiésalo y recíbelo” pareciera que es una nueva técnica de autosugestión donde se pretende obtenerlo todo y donde no hay lugar nunca para el no.
Mirando el contexto correcto de Dios en el Salmo 116 nos dice:
Amo a Jehová, pues ha oído mi voz y mis súplicas; Porque ha inclinado a mí su oído; Por tanto, le invocaré en todos mis días. Me rodearon ligaduras de muerte, me encontraron las angustias del Seol; Angustia y dolor había yo hallado. Entonces invoqué el nombre de Jehová, diciendo: Oh Jehová, libra ahora mi alma. Clemente es Jehová, y justo; Sí, misericordioso es nuestro Dios. Jehová guarda a los sencillos; Estaba yo postrado, y me salvó. Vuelve, oh alma mía, a tu reposo, porque Jehová te ha hecho bien. Pues tú has librado mi alma de la muerte, mis ojos de lágrimas, y mis pies de resbalar. Andaré delante de Jehová en la tierra de los vivientes. Creí; por tanto hablé, estando afligido en gran manera. Y dije en mi apresuramiento: Todo hombre es mentiroso. ¿Qué pagaré a Jehová por todos sus beneficios para conmigo? Tomaré la copa de la salvación, e invocaré el nombre de Jehová. Ahora pagaré mis votos a Jehová delante de todo su pueblo. Estimada es a los ojos de Jehová la muerte de sus santos. Oh Jehová, ciertamente yo soy tu siervo, siervo tuyo soy, hijo de tu sierva; Tú has roto mis prisiones. Te ofreceré sacrificio de alabanza, e invocaré el nombre de Jehová. A Jehová pagaré ahora mis votos delante de todo su pueblo, en los atrios de la casa de Jehová, en medio de ti, oh Jerusalén. Aleluya. (Salmo 116)
El salmista creyó a Dios por tanto habló. ¿Qué habló? El salmista habló palabras de ruego, súplica, intenso clamor. Se trata de una relación de sumisión a Dios a su voluntad.
La distorsión al Salmo 116:10
Los nuevaeristas usarán dicho texto para justificar que todo lo que usted imagina en su interior puede hacerse realidad por medio de la palabra hablada.
¿Qué enseña la Biblia?
La Biblia nos dice que tenemos un Dios grande que nos da todas las cosas. Si estamos enfermos, podemos ir en oración a Dios y clamar por sanidad y Dios atenderá nuestro clamor y ruego, y nos sanará. Nos habla de un Dios de amor que ha abierto el camino para que el hombre obtenga toda clase de respuesta y salvación de acuerdo a su voluntad para nosotros.
El aguijón de Pablo, las constantes enfermedades estomacales de Timoteo y el sufrimiento de Job
En la Biblia se muestran diversos casos donde se ve claramente que la fe en Dios no se trata de un “confiese y reciba” sino de un “clama y ruega y espera en Dios”. Pablo fue tres veces en oración esperando que Dios hiciera un milagro que cambiara sus circunstancias, en cambio Dios le dijo: “Bástate de mi gracia”. El simple ejemplo de Pablo, para todo aquel que quiere seguir la sana doctrina nos muestra que como creyentes no somos nosotros los dioses ni quien crea o deja de crear sino que nos debemos al Creador para que sea él quien haga. Lo mismo sucede con las constantes enfermedades de Timoteo. Pablo le pudo haber dicho: “Timoteo, no tienes porque estar padeciendo de tu estomago. Lo que debes hacer es sentarte, crea un cuadro mental donde te veas totalmente sano, confiésalo y ya verás como recibes sanidad”. Eso no fue lo que Pablo le dijo, sino: “Ya no bebas agua, sino usa de un poco de vino por causa de tu estómago y de tus frecuentes enfermedades.” (I Timoteo 5:23)
Es muy probable que el uso del vino en tiempos bíblicos fuera por causa de la limpieza. Timoteo poseía un problema de salud serio que lo conducía a estar enfermo constantemente. Esa realidad nos muestra que los creyentes no crean mundos ideales por medio de la palabra hablada. Estar enfermo no es estar en pecado. No somos nosotros nuestra fuente de sanidad sino que tenemos un Dios que nos puede sanar. Podemos hacer buenas decisiones en las cosas que ingerimos o comemos que afectan nuestro cuerpo. Si comes saludable tendrás salud, si comes cosas tóxicas, te enfermaras.
Tres veces he rogado
Pablo nos muestra que la vida cristiana no se trata de una auto creación por medio de la mente. Sino de una dependencia de Dios en todos los asuntos. Los tres ruegos de Pablo nos pueden hablar:
respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor, que lo quite de mí. (II Corintios 12:8)
Esos ruegos de Pablo nos dicen que él mismo no pretendía crear su realidad sino que su realidad dependía de Dios. Nos dicen que Pablo no se auto sanaba sino que dirigía a Dios su clamor en espera de respuesta. El mensaje de Pablo es muy diferente y se distancia de las predicas modernas de aquellos que pretenden de forma fantasiosa ilusionar mundos ideales de vidas perfectas y sin aflicciones en los cristianos. También, esos tres ruegos de Pablo nos dicen que frente a toda situación adversa que podamos tener, podemos clamar diversidad de veces y Dios pudiera moverse a misericordia cuando menos uno lo espere. Pero nos dice muy claro, que no es el producto liberado por el poder de la mente provocando algo de forma instantánea. Los tres ruegos de Pablo son una escuela que nos alejan de las falacias de la Nueva Era introducidas en la iglesia de hoy.
El Dios nuestro y nuestra respuesta
El Dios nuestro puede sanarnos, prosperarnos, bendecirnos y darnos todas las cosas cuando nos humillamos y hacemos su voluntad. El puede dar y puede quitar. Es Dios bueno, por lo que a él clamaremos para que atienda nuestro clamor. Él tiene la última palabra.
Sobre el hablar y el confesar
Más que tratarse de métodos de autosugestión como los propuestos por la Nueva Era, el hablar y el confesar bíblico de lo que trata es de predicar a otros y anunciarles el nombre de Jesucristo. Que el mundo conozca que en Cristo hay salvación y vida eterna. El el hablar y el confesar bíblico se distancia mucho de las prácticas del mundo.
Te confesaré en grande congregación; Te alabaré entre numeroso pueblo. (Salmo 35:18)
La fe bíblica se nos presenta como el conocer la persona del único Dios todopoderoso siempre dispuesto a escuchar y atender nuestro clamor cuando vamos a él con un corazón sincero, contrito y humillado y le presentamos nuestras peticiones y ansiedades. Dios el Padre responderá a todo clamor hecho por medio del nombre de su Hijo y afectará nuestro tiempo y espacio por medio del Espíritu Santo. Dentro del marco de la fe correcta, él nos dará las cosas que verdaderamente necesitamos y que nos hacen bien. A veces, las cosas que nos hacen bien no son necesariamente lo que pedimos. Es aquí donde está la diferencia entre lo que proviene de Dios y lo que proviene del mundo. Cuando un hombre posee una necesidad genuina, lejos de caprichos y necedades, y se dirije a Dios en oración y súplica, el Dios de misericordia hace el milagro.
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El siguiente juramento lo hacen todos los curas del Vaticano de ayer y de hoy. Los de hoy se excusan con toda clase de palabraría para justificarlo, sin embargo lo continúan haciendo:
El Juramento Jesuita:
Juramento de la Sociedad de Jesús
Yo, ahora en la presencia de Dios omnipotente, de la Bendita Virgen María, del Bendito San Juan Bautista, de los santos apóstoles Pedro y Pablo y todos los santos de la milicia celestial y a la voz de mi Santo Padre espiritual Superior general de la Sociedad de Jesús, fundada por San Ignacio de Loyola, bajo el pontificado del Papa, y de la Bendita madre de Dios y de Jesucristo, declaro y que su santidad el Papa es el vicario de Cristo, Único, y Verdadero jefe de la iglesia Católica Romana Universal en todo el mundo y que en virtud de las llaves dadas a su santidad por mi Salvador Jesucristo para atar y desatar, el tiene el poder de responder a reyes, príncipes, estados, repúblicas, gobiernos, reos de herejía los cuales pueden ser impunemente destruidos. Por esto con toda mi fuerza defenderé esa doctrina, el poder y el derecho de Su santidad el Papa contra todo los usurpadores de cualquier herejía o autoridad protestante, quién fuere junto a todos los adherentes que pudieran usurpar oponiéndose a la santa iglesia Católica de Roma. Repudio y desconozco, desde ahora en adelante cualquier alianza con cualquier rey, príncipe de estado, hereje, protestante o liberal. Rechazo obedecer a cualquier ley, magistrados u oficiales. Declaro además que las doctrinas de las iglesias llamadas “Protestantes” están condenadas y condenados juntamente todos aquellos cuya doctrina no abandonen. Declaro que ayudaré y aconsejaré a todos los agentes de su santidad el Papa en cualquier lugar que se hallen haciendo lo mejor para extirpar las iglesias protestantes sus potencias tanto legales o de cualquier naturaleza, prometo y declaro que yo no tendré opinión, voluntad propia, como un cuerpo muerto, obedeciendo así sin dilación alguna cualquier orden que pueda recibir de la sede del Papa y Jesucristo. Declaro además, que haré siempre que se me presente la oportunidad una guerra sin cuartel secreta y abiertamente contra todos aquellos herejes protestantes de la manera y forma que se me indique desapareciendo de la faz de la tierra, para esto no tendré en cuenta edad, sexo, ni condición alguna. Ahorcaré, quemaré, consumiré, sepultaré, aniquilándoles. Y cuando eso no pueda hacerse, entonces usare en secreto la copa de los venenos. Así como se nos indique obrar por cualquier agente del Papa enviando o delegando en la Orden de la Santidad de Jesús. Y para confirmar lo que antecede, dedico la vida y expongo mi alma. Y con este estilete que yo ahora recibo, escribo mi nombre con la pluma de este puñal mojado con mi propia sangre como sello de testimonio de lo que he declarado. Prometo que daré mi voto siempre a favor de la Compañía de Jesús. Todo yo lo juro y declaro así sostenerlo y cumplirlo por la Bendita Trinidad y por este escrito que hoy recibo.
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Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que tomando sus lámparas, salieron a recibir al esposo. Cinco de ellas eran prudentes y cinco insensatas. Las insensatas, tomando sus lámparas, no tomaron consigo aceite; mas las prudentes tomaron aceite en sus vasijas, juntamente con sus lámparas. Y tardándose el esposo, cabecearon todas y se durmieron. Y a la medianoche se oyó un clamor: !!Aquí viene el esposo; salid a recibirle! Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron, y arreglaron sus lámparas. Y las insensatas dijeron a las prudentes: Dadnos de vuestro aceite; porque nuestras lámparas se apagan. Mas las prudentes respondieron diciendo: Para que no nos falte a nosotras y a vosotras, id más bien a los que venden, y comprad para vosotras mismas. Pero mientras ellas iban a comprar, vino el esposo; y las que estaban preparadas entraron con él a las bodas; y se cerró la puerta. Después vinieron también las otras vírgenes, diciendo: !!Señor, señor, ábrenos! Mas él, respondiendo, dijo: De cierto os digo, que no os conozco. Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir. (Mateo 25:1-13)
Dios espera que nuestro andar sea semejante a lámparas que tienen aceite. La lámpara sola es sólo un objeto vacío, en cambio, si posee aceite puede alumbrar. De la misma manera, Dios espera que tomemos su palabra la cual es la lámpara y la llevemos a la acción. El aceite es aquello que hace la diferencia entre una lámpara inútil y una lámpara útil. La lámpara útil alumbrará el camino tuyo y el de otros. Dice la parábola que aquellos preparados para irse son aquellos que alumbran su camino y el de otros por medio de su testimonio de obras de bien. Ese es mensaje implícito. La fe sumada a las obras, ya que la fe sola y sin obras es fe muerta.