En el 2010 humillémonos delante de Dios para que él decrete y declare prosperidad, bendición, salud y toda cosa buena para la iglesia.
"...si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra". (II Cr. 7:14)
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