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lunes, 31 de diciembre de 2012

Desechemos, pues, las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de la luz

                                 

"Pagad a todos lo que debéis: al que tributo, tributo; al que impuesto, impuesto; al que respeto, respeto; al que honra, honra. No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el que ama al prójimo, ha cumplido la ley. Porque: No adulterarás, no matarás, no hurtarás, no dirás falso testimonio, no codiciarás, y cualquier otro mandamiento, en esta sentencia se resume: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. El amor no hace mal al prójimo; así que el cumplimiento de la ley es el amor. Y esto, conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueño; porque ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos. La noche está avanzada, y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de la luz. Andemos como de día, honestamente; no en glotonerías y borracheras, no en lujurias y lascivias, no en contiendas y envidia, sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne." (Romanos 13:7-14)
"Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados. Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante. Pero fornicación y toda inmundicia, o avaricia, ni aun se nombre entre vosotros, como conviene a santos; ni palabras deshonestas, ni necedades, ni truhanerías, que no convienen, sino antes bien acciones de gracias. Porque sabéis esto, que ningún fornicario, o inmundo, o avaro, que es idólatra, tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios. Nadie os engañe con palabras vanas, porque por estas cosas viene la ira de Dios sobre los hijos de desobediencia. No seáis, pues, partícipes con ellos. Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz (porque el fruto del Espíritu es en toda bondad, justicia y verdad), comprobando lo que es agradable al Señor. Y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien reprendedlas; porque vergonzoso es aun hablar de lo que ellos hacen en secreto. Mas todas las cosas, cuando son puestas en evidencia por la luz, son hechas manifiestas; porque la luz es lo que manifiesta todo. Por lo cual dice: Despiértate, tú que duermes, y levántate de los muertos,y te alumbrará Cristo. Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor. No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu, hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones; dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo." (Efesios 5:1-15)

domingo, 30 de diciembre de 2012

Neurocirujano escribe libro sobre lo que considera son pruebas de la existencia del cielo

                                             

El neurocirujano de la Universidad de Harvard, Eben Alexander, escribió un libro que recoge su propia experiencia frente a la muerte. Según se afirma, el médico estuvo en coma durante una semana, tiempo en el que pudo ver cosas que nunca imaginó. Luego de esta experiencia quedó convencido que cuando el hombre muere comienza otra realidad que ha sido ya descrita desde tiempos antiguos en los libros sagrados cristianos. Según el médico afirma, vivía una vida muy lejos de la iglesia, pero al tener esta experiencia, su vida a dado un cambio drástico hacia la fe. El libro lleva por título: Proof of Heaven: A Neurosurgeon’s Journey into the Afterlife (La prueba del cielo: el viaje de un neurocirujano a la vida después de la muerte). Algunos han cuestionado si una experiencia personal es suficiente para confirmar la existencia del cielo, otros por su parte afirman que si, es suficiente el testimonio de una que estuvo muerto y regresó del mas allá.

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sábado, 29 de diciembre de 2012

CORAZÓN DE GUERRERO (PREDICA: MIGUEL GRULLON)

 
                                    Vea en YOUTUBE el poderoso mensaje de la Palabra de
                                    Dios del Evangelista Miguel Grullón titulado:

                                         jemir corazon de guerrero Miguel Grullon.mp4

                                                        En la siguiente dirección:
                    youtube (PUNTO) com/watch?v=RQA0cH837Rg
         

jueves, 27 de diciembre de 2012

UN SOLO DIOS EN LOS CIELOS PERO TRES PERSONAS DIFERENTES

                               

Textos s meditar:

"Jesús le dijo: No me toques, porque aún no he subido a mi Padre; mas ve a mis hermanos, y diles: Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios." (Juan 20:17)

No puedo yo hacer nada por mí mismo; según oigo, así juzgo; y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió, la del Padre. Si yo doy testimonio acerca de mí mismo, mi testimonio no es verdadero. Otro es el que da testimonio acerca de mí, y sé que el testimonio que da de mí es verdadero." (Juan 5:30-32)

Para ciertas denominaciones que afirman ser cristianas el misterio de la trinidad sigue teniendo un velo. Mientras que unos creen en la trinidad otros por su parte la niegan. El dilema surge cuando la gente comienza a interpretar sobre los títulos aplicados tanto a Cristo como al Padre. El razonamiento que ellos usan es el siguiente: "Jesucristo exhibe los títulos de Padre Eterno, por lo tanto Cristo es el Padre eterno". Dice:

'Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.'(Isaías 9:6)

De esta forma partiendo de esta premisa afirman que la persona del Padre no existe sino que es Cristo mismo manifestado de diferentes maneras. Niegan que la realidad del Padre y su persona sea independiente de la persona de Cristo, incluso se reúsan a llamarle persona a Dios.

Algunos al utilizar como argumento los títulos de Cristo afirman que Cristo al llamarse "todopoderoso" esto descarta la realidad del Padre para otorgarle a Cristo esa característica y eliminar la del Padre. Sin embargo Dios dice en su Palabra que todo lo que Cristo tiene, incluso los títulos, poder, autoridad y honra le pertenecen al Hijo también.

Todo lo que posee el Hijo pertenece al Padre (Juan 16:15)

Ante las aseveraciones que pretenden crear una confusion en este tema hacemos los siguientes apuntes:

Jesucristo quien es Dios (unido al Padre y al Espíritu en la única deidad verdadera) es eterno. Es decir, Cristo no tiene principio ni fin en su unión en deidad con el Padre. Sin embargo, Cristo sí tuvo un origen en su humanidad cuando se encarnó en una simple mujer. Cristo es una persona. Cristo es Dios-Hombre (Lucas 4:2) Cada uno de nosotros es    una persona, pero esa personalidad la obtuvimos cuando fuimos creados a semejanza de Dios, por lo tanto Dios es un Dios personal. (Génesis 1:26) Dios se ha revelado en su Palabra como aquel que es una persona, por eso dice: "Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces."(Jeremías 33:3), incluso se nos dice que tiene corazón (Génesis 6:6)

No se puede aislar un texto de la Biblia para afirmar una doctrina descartando todos los cientos de textos que arrojan luz sobre un tema. En ninguna parte de la Biblia vemos a Cristo orando a si mismo, en cambio vemos a Cristo orando al Padre. No vemos a Cristo haciendo su propia voluntad, sino haciendo la voluntad del Padre. Cristo en su deidad (unida al Padre y al Espíritu) posee todos los títulos igual al Padre, pero esto no significa que en su persona sea sin diferencia. Tenemos una sola deidad, es decir, un solo Dios en los cielos, sin embargo, son TRES personas tal y como lo dice la Biblia. Si usted niega esto, niega la Biblia: Veamos lo que dice la Biblia:

"No puedo yo hacer nada por mí mismo; según oigo, así juzgo; y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió, la del Padre. Si yo doy testimonio acerca de mí mismo, mi testimonio no es verdadero. Otro es el que da testimonio acerca de mí, y sé que el testimonio que da de mí es verdadero." (Juan 5:30-32)

'Porque TRES son los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo; y estos tres son uno.' (I Juan 5:7)

Entonces dijo Dios: Hagamos (PLURAL: PADRE, HIJO Y ESPIRITU SANTO) al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza... (Génesis 1:26)

"Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir. El me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber. Todo lo que tiene el Padre es mío; por eso dije que tomará de lo mío, y os lo hará saber. (Juan 16:13-15)

Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré. (Juan 16:7)

¿Cómo dijo Cristo que oráramos? "Padre nuestro que estás en los cielos..." (Mateo 6:9)

No puedo yo hacer nada por mí mismo; según oigo, así juzgo; y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió, la del Padre. (Juan 5:30)

Cristo en su unidad en deidad con el Padre le da a conocer a los hombres:

"No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí.  En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.  Y sabéis a dónde voy, y sabéis el camino. Le dijo Tomás: Señor, no sabemos a dónde vas; ¿cómo, pues, podemos saber el camino? Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. Si me conocieseis, también a mi Padre conoceríais; y desde ahora le conocéis, y le habéis visto. Felipe le dijo: Señor, muéstranos el Padre, y nos basta. Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre?  ¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras.  Creedme que yo soy en el Padre, y el Padre en mí; de otra manera, creedme por las mismas obras. De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre.  Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo.  Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré." (Juan 14:1-14)

La gracia del Señor Jesucristo (EL HIJO), el amor de Dios (EL PADRE), y la comunión del Espíritu Santo (EL ESPIRITU) sean con todos vosotros. Amén. (II Corintios 13:14)

¿Quién subió al cielo, y descendió? ¿Quién encerró los vientos en sus puños?¿Quién ató las aguas en un paño? ¿Quién afirmó todos los términos de la tierra?¿Cuál es SU NOMBRE, y EL NOMBRE DE SU HIJO, si sabes? (Proberbios 30:4)

En el bautismo de Cristo vemos a las TRES PERSONAS siendo reveladas:

" Aconteció que cuando todo el pueblo se bautizaba, también Jesús fue bautizado; y orando, el cielo se abrió,  y descendió el Espíritu Santo sobre él en forma corporal, como paloma, y vino una voz del cielo que decía: Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia. (Lucas 3:21-22)

En el bautismo de Cristo:
CRISTO, con los pies en la tierra
El Padre, en el cielo
El Espíritu, en el aire en forma de paloma

Aquí vemos que no se trata de una mera persona sino de TRES.

Hay quienes también niegan el hecho de que Cristo sea eterno y uno en deidad con el Padre. No solo niegan al Padre sino que niegan al Hijo afirmando que Dios no pudo hacerse hombre. Dice la Biblia:

'Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo. En esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios; y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios; y este es el espíritu del anticristo, el cual vosotros habéis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo.'(I Juan 4:1-3)

Porque muchos engañadores han salido por el mundo, que no confiesan que Jesucristo ha venido en carne. Quien esto hace es el engañador y el anticristo. (II Juan 1:7)

Jesucristo es uno en deidad con el Padre, en esa unidad en deidad, Cristo vino a encarnarse, por lo tanto el Jesucristo que los hombres vieron era la imagen visible del Dios invisible. Frente a los hombres estaba Dios el cual podía ser visto por medio de Cristo y su unidad divina.

No se trata de que Cristo sea el Padre ni que el Padre sea Cristo. La divinidad, la deidad es una en los TRES (Padre, Hijo y Espíritu Santo), sin embargo, Cristo es una persona con todas las características que lo distinguen: ¿Qué hace a una persona? Una persona se distingue por razonamiento, voluntad, comunicación, cinco sentidos, corazón, etc. Existen mil textos que comprueban que todo esto corresponde tanto al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Los TRES poseen características de una persona.

Se muestran unidos en deidad pero separados en persona:


'Habéis oído que yo os he dicho: Voy, y vengo a vosotros. Si me amarais, os habríais regocijado, porque he dicho que voy al Padre; porque el Padre mayor es que yo.' (Juan 14:28)

En deidad, toda obra ejecutada por Cristo pertenece al Padre por medio del Espiritu Santo. Ya que los tres obran en armonia.

Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí. (Juan 15:26)

 
"Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir. El me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber.

Todo lo que tiene el Padre es mío; por eso dije que tomará de lo mío, y os lo hará saber. (Juan 16:13-15)


La gracia del Señor Jesucristo (EL HIJO), el amor de Dios (EL PADRE), y la comunión del Espíritu Santo (EL ESPIRITU) sean con todos vosotros. Amén. (II Corintios 13:14)

 
Todo lo que tiene el Padre le pertenece de igual forma al Hijo. Es por esto que tienen un mismo trono. Toda la alabanza, adoración, la gloria, la honra y la alabanza,  al Padre le pertenece también al Hijo porque es una misma deidad, pero en tres personas separadas en perfecta comunión y obra.

"No puedo yo hacer nada por mí mismo; según oigo, así juzgo; y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió, la del Padre. Si yo doy testimonio acerca de mí mismo, mi testimonio no es verdadero. Otro es el que da testimonio acerca de mí, y sé que el testimonio que da de mí es verdadero." (Juan 5:30-32)

Otro texto que nos demuestra que el Padre y el Hijo aunque son UNO EN DEIDAD, SON DIFERENTES EN PERSONA es"

"Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú." (Mateo 26:39) 

Vemos que Cristo no ora consigo mismo, sino que le ora a alguien (a una persona) y esa persona es Dios Padre quien le escucha y atiende. Hay quienes niegan que Dios sea una persona, pero sus razonamientos van fuera de la verdad de la Sagrada Biblia. Dios es una persona que escucha, ve, atiende y contesta las oraciones.

LOS SIGUIENTES TEXTOS SON PARA REFLEXIONAR EN TORNO A LA PERSONA DEL PADRE, LA PERSONA DEL HIJO Y LA PERSONA DEL ESPIRITU SANTO:


Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré. (Juan 16:7)
Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado. (Juan 17:3)
Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero; y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios, y la vida eterna. (I Juan 5:20)
Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado, y palparon nuestras manos tocante al Verbo de vida  (porque la vida fue manifestada, y la hemos visto, y testificamos, y os anunciamos la vida eterna, la cual estaba con el Padre, y se nos manifestó); lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo. (I Juan 1:1-3)
Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquél que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero. (Juan 6:40)
El Padre está en los cielos (Mateo 5:45, 48; 6:1; ) “para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos”
Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre; y nadie conoce al Hijo, sino el Padre, ni al Padre conoce alguno, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar. (Mateo 11:27)
Porque todo aquel que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ése es mi hermano, y hermana, y madre. (Mateo 12:50)
Entonces los justos resplandecerán como el sol en el reino de su Padre. El que tiene oídos para oír, oiga. (Mateo 13:43)
Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos. (Mateo 16:17)
Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras. (Mateo 16:27)
Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos. (Mateo 18:19)
El les dijo: A la verdad, de mi vaso beberéis, y con el bautismo con que yo soy bautizado, seréis bautizados; pero el sentaros a mi derecha y a mi izquierda, no es mío darlo, sino a aquellos para quienes está preparado por mi Padre. (Mateo 20:23)
Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra; porque uno es vuestro Padre, el que está en los cielos. (Mateo 23:9)
Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre. (Mateo 24:36)
Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. (Mateo 25:34)
Y os digo que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta aquel día en que lo beba nuevo con vosotros en el reino de mi Padre. (Mateo 26:29)
Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú. (Mateo 26:39)
¿Acaso piensas que no puedo ahora orar a mi Padre, y que él no me daría más de doce legiones de ángeles? (Mateo 26:53)
Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo (Mateo 28:19)
Pero de aquel día y de la hora nadie sabe, ni aun los ángeles que están en el cielo, ni el Hijo, sino el Padre. (Marcos 13:32)
Sed, pues, misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso. (Lucas 6:36)
Porque el que se avergonzare de mí y de mis palabras, de éste se avergonzará el Hijo del Hombre cuando venga en su gloria, y en la del Padre, y de los santos ángeles. (Lucas 9:26)
En aquella misma hora Jesús se regocijó en el Espíritu, y dijo: Yo te alabo, oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y entendidos, y las has revelado a los niños. Sí, Padre, porque así te agradó. (Lucas 10:21)
Y les dijo: Cuando oréis, decid: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. ( Lucas 11:2)
Yo, pues, os asigno un reino, como mi Padre me lo asignó a mí, (Lucas 22:29)
Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Y repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes. (Lucas 23:34)
Entonces Jesús, clamando a gran voz, dijo: Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu. Y habiendo dicho esto, expiró. (Lucas 23:46)
He aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros; pero quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis investidos de poder desde lo alto. (Lucas 24:49)
A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer. (Juan 1:18)
Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. (Juan 4:23)
Y Jesús les respondió: Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo. (Juan 5:17)
Por esto los judíos aun más procuraban matarle, porque no sólo quebrantaba el día de reposo, sino que también decía que Dios era su propio Padre, haciéndose igual a Dios. (Juan 5:18)
Respondió entonces Jesús, y les dijo: De cierto, de cierto os digo: No puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que el Padre hace, también lo hace el Hijo igualmente. (Juan 5:19)
Porque el Padre ama al Hijo, y le muestra todas las cosas que él hace; y mayores obras que estas le mostrará, de modo que vosotros os maravilléis. (Juan 5:20)
Porque como el Padre levanta a los muertos, y les da vida, así también el Hijo a los que quiere da vida. (Juan 5:21)
Porque el Padre a nadie juzga, sino que todo el juicio dio al Hijo (Juan 5:22)
para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envió. (Juan 5:23)
Porque como el Padre tiene vida en sí mismo, así también ha dado al Hijo el tener vida en sí mismo; (Juan 5:26)
No puedo yo hacer nada por mí mismo; según oigo, así juzgo; y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió, la del Padre. (Juan 5:30)
Mas yo tengo mayor testimonio que el de Juan; porque las obras que el Padre me dio para que cumpliese, las mismas obras que yo hago, dan testimonio de mí, que el Padre me ha enviado. (Juan 5:36)
También el Padre que me envió ha dado testimonio de mí. Nunca habéis oído su voz, ni habéis visto su aspecto, (Juan 5:37)

Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará; porque a éste señaló Dios el Padre. (Juan 6:27)
Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera. (Juan 6:37)
Y esta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el día postrero. (Juan 6:39)
Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo le resucitaré en el día postrero. ( Juan 6:44)
Escrito está en los profetas: Y serán todos enseñados por Dios. Así que, todo aquel que oyó al Padre, y aprendió de él, viene a mí. (Juan 6:45)
No que alguno haya visto al Padre, sino aquel que vino de Dios; éste ha visto al Padre. (Juan 6:46)
Como me envió el Padre viviente, y yo vivo por el Padre, asimismo el que me come, él también vivirá por mí. (Juan 6:57)
Y dijo: Por eso os he dicho que ninguno puede venir a mí, si no le fuere dado del Padre. (Juan 6:65)
Y si yo juzgo, mi juicio es verdadero; porque no soy yo solo, sino yo y el que me envió, el Padre. (Juan 8:16)
Ellos le dijeron: ¿Dónde está tu Padre? Respondió Jesús: Ni a mí me conocéis, ni a mi Padre; si a mí me conocieseis, también a mi Padre conoceríais. (Juan 8:19)
Les dijo, pues, Jesús: Cuando hayáis levantado al Hijo del Hombre, entonces conoceréis que yo soy, y que nada hago por mí mismo, sino que según me enseñó el Padre, así hablo. (Juan 8;28)
Porque el que me envió, conmigo está; no me ha dejado solo el Padre, porque yo hago siempre lo que le agrada. (Juan 8:29)
Yo hablo lo que he visto cerca del Padre; y vosotros hacéis lo que habéis oído cerca de vuestro padre. (Juan 8:38)
Respondió Jesús: Si yo me glorifico a mí mismo, mi gloria nada es; mi Padre es el que me glorifica, el que vosotros decís que es vuestro Dios. (Juan 8:54)
Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar. (Juan 10:17)
Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre. (Juan 10:18)
Jesús les respondió: Os lo he dicho, y no creéis; las obras que yo hago en nombre de mi Padre, ellas dan testimonio de mí; (Juan 10:25)
Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre. (Juan 10:29)
Yo y el Padre uno somos. (Juan 10:30)
Jesús les respondió: Muchas buenas obras os he mostrado de mi Padre; ¿por cuál de ellas me apedreáis? (Juan 10:32)
¿al que el Padre santificó y envió al mundo, vosotros decís: Tú blasfemas, porque dije: Hijo de Dios soy? (Juan 10:36)
Si no hago las obras de mi Padre, no me creáis. (Juan 10:37)
Mas si las hago, aunque no me creáis a mí, creed a las obras, para que conozcáis y creáis que el Padre está en mí, y yo en el Padre. (Juan 10:38)
Entonces quitaron la piedra de donde había sido puesto el muerto. Y Jesús, alzando los ojos a lo alto, dijo: Padre, gracias te doy por haberme oído. (Juan 11:41)
Si alguno me sirve, sígame; y donde yo estuviere, allí también estará mi servidor. Si alguno me sirviere, mi Padre le honrará. (Juan 12:26)
Ahora está turbada mi alma; ¿y qué diré? ¿Padre, sálvame de esta hora? Mas para esto he llegado a esta hora. (Juan 12:27)
Padre, glorifica tu nombre. Entonces vino una voz del cielo: Lo he glorificado, y lo glorificaré otra vez. (Juan 12:28)
Porque yo no he hablado por mi propia cuenta; el Padre que me envió, él me dio mandamiento de lo que he de decir, y de lo que he de hablar. (Juan 12:49)
Y sé que su mandamiento es vida eterna. Así pues, lo que yo hablo, lo hablo como el Padre me lo ha dicho. (Juan 12:50)
Antes de la fiesta de la pascua, sabiendo Jesús que su hora había llegado para que pasase de este mundo al Padre, como había amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin. (Juan 13:1)
sabiendo Jesús que el Padre le había dado todas las cosas en las manos, y que había salido de Dios, y a Dios iba, (Juan 13:3)
No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. (Juan 14:1-2)
Felipe le dijo: Señor, muéstranos el Padre, y nos basta. Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre?  ¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras. Creedme que yo soy en el Padre, y el Padre en mí; de otra manera, creedme por las mismas obras.  De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre.  Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré. (Juan 14:8-14)

En aquel día vosotros conoceréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí, y yo en vosotros. (Juan 14:20)
El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él. (Juan 14:21)
Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él. (Juan 14:23)
El que no me ama, no guarda mis palabras; y la palabra que habéis oído no es mía, sino del Padre que me envió. (Juan 14:24)
Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho. (Juan 14:26)
Habéis oído que yo os he dicho: Voy, y vengo a vosotros. Si me amarais, os habríais regocijado, porque he dicho que voy al Padre; porque el Padre mayor es que yo. (Juan 14:28)
Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. (Juan 15:1)
Como el Padre me ha amado, así también yo os he amado; permaneced en mi amor. (Juan 15:9)
Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor. (Juan 15:10)
Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer. (Juan 15:15)
No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé. (Juan 15:16)
El que me aborrece a mí, también a mi Padre aborrece. (Juan 15:23)
Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí. (Juan 15:26)
Y harán esto porque no conocen al Padre ni a mí. (Juan 16:3)
de justicia, por cuanto voy al Padre, y no me veréis más; (Juan 16:10)
Todo lo que tiene el Padre es mío; por eso dije que tomará de lo mío, y os lo hará saber. (Juan 16:15)
Y les dijo: No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad; (Hechos 1:7)
Jesús le dijo: No me toques, porque aún no he subido a mi Padre; mas ve a mis hermanos, y diles: Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios. (Juan 20:17)
para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste. (Juan 17:21)
Así que, exaltado por la diestra de Dios, y habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo, ha derramado esto que vosotros veis y oís. (Hechos 2:33)
El Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros padres, ha glorificado a su Hijo Jesús, a quien vosotros entregasteis y negasteis delante de Pilato, cuando éste había resuelto ponerle en libertad. (Hechos 3:13)
Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. (Romanos 1:7)
Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: !!Abba, Padre! (Romanos 8:15)
Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. (I Corintios 1:3)
para nosotros, sin embargo, sólo hay un Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas, y nosotros somos para él; y un Señor, Jesucristo, por medio del cual son todas las cosas, y nosotros por medio de él. (I Corintios 8:6)
Luego el fin, cuando entregue el reino al Dios y Padre, cuando haya suprimido todo dominio, toda autoridad y potencia. ( I Corintios 15:24)
Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. (II Corintios 1:2)
Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación, (II Corintios 1:3)
Y seré para vosotros por Padre, Y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso. (II Corintios 6:18)
El Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, quien es bendito por los siglos, sabe que no miento. (II Corintios 11:31)
Pablo, apóstol (no de hombres ni por hombre, sino por Jesucristo y por Dios el Padre que lo resucitó de los muertos), (Gálatas 1:1)
dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. (Efesios 5:20)
Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo, (Efesios 3:14)
porque por medio de él los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre. (Efesios 2:18)
para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él, (Efesios 1:17)
Paz sea a los hermanos, y amor con fe, de Dios Padre y del Señor Jesucristo. (Efesios 6:23)
y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre. (Filipenses 2:11)
Gracia y paz sean a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. (Colosenses 1:2)
Siempre orando por vosotros, damos gracias a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, (Colosenses 1:3)
Pablo, Silvano y Timoteo, a la iglesia de los tesalonicenses en Dios Padre y en el Señor Jesucristo: Gracia y paz sean a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. (I Tes. 1:1)
Mas el mismo Dios y Padre nuestro, y nuestro Señor Jesucristo, dirija nuestro camino a vosotros. ( I Tes. 3:11)
acordándonos sin cesar delante del Dios y Padre nuestro de la obra de vuestra fe, del trabajo de vuestro amor y de vuestra constancia en la esperanza en nuestro Señor Jesucristo. ( I Tes. 1:3)
lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo. (I Juan 1:3)
(porque la vida fue manifestada, y la hemos visto, y testificamos, y os anunciamos la vida eterna, la cual estaba con el Padre, y se nos manifestó); ( I Juan 1:2)
Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos, ( I Pedro 1:3)
La religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es esta: Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha del mundo. (Santiago 1:27)
Después miré, y he aquí el Cordero estaba en pie sobre el monte de Sion, y con él ciento cuarenta y cuatro mil, que tenían el nombre de él y el de su Padre escrito en la frente. (Apocalipsis 14:1)
Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono. (Apocalipsis 3:21)
El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles. (Apocalipsis 3:5)
y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre; a él sea gloria e imperio por los siglos de los siglos. Amén. (Apocalipsis 1:6)
Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, ése sí tiene al Padre y al Hijo. (II Juan 1:9)
Sea con vosotros gracia, misericordia y paz, de Dios Padre y del Señor Jesucristo, Hijo del Padre, en verdad y en amor. (II Juan 1:3)
Y nosotros hemos visto y testificamos que el Padre ha enviado al Hijo, el Salvador del mundo. (I Juan 4:14)
Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo. (I Juan 2:1)
¿Quién es el mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo? Este es anticristo, el que niega al Padre y al Hijo.  Todo aquel que niega al Hijo, tampoco tiene al Padre. El que confiesa al Hijo, tiene también al Padre.  Lo que habéis oído desde el principio, permanezca en vosotros. Si lo que habéis oído desde el principio permanece en vosotros, también vosotros permaneceréis en el Hijo y en el Padre.  Y esta es la promesa que él nos hizo, la vida eterna. (I Juan 2:22-25)

Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros. (Éxodo 3:14)
Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy.  (Juan *;58)
Y dijeron: No verá JAH, Ni entenderá el Dios de Jacob.  Entended, necios del pueblo; Y vosotros, fatuos, ¿cuándo seréis sabios?  El que hizo el oído, ¿no oirá? El que formó el ojo, ¿no verá?  El que castiga a las naciones, ¿no reprenderá?¿No sabrá el que enseña al hombre la ciencia?  Jehová conoce los pensamientos de los hombres,
Que son vanidad. (Salmo 94:7-11)
Y clamaron diciendo: ¿Qué tienes con nosotros, Jesús, Hijo de Dios? ¿Has venido acá para atormentarnos antes de tiempo? (Mateo 8:29)
Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dice entonces al paralítico): Levántate, toma tu cama, y vete a tu casa. (Mateo 9:6)
Pasando Jesús de allí, le siguieron dos ciegos, dando voces y diciendo: !!Ten misericordia de nosotros, Hijo de David! (Mateo 9:27)
Enviará el Hijo del Hombre a sus ángeles, y recogerán de su reino a todos los que sirven de tropiezo, y a los que hacen iniquidad, (Mateo 13:41)
Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. (Mateo 16:16)
Por tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis. (Mateo 24:44)
Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria, (Mateo 25;31)
Confió en Dios; líbrele ahora si le quiere; porque ha dicho: Soy Hijo de Dios. (Mateo 27:43)
Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dijo al paralítico): (Marcos 2:10)
Y clamando a gran voz, dijo: ¿Qué tienes conmigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? Te conjuro por Dios que no me atormentes. (Marcos 5:7)
Entonces verán al Hijo del Hombre, que vendrá en las nubes con gran poder y Gloria ( Marcos 13;26)
Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre; (Lucas 1:32)
También salían demonios de muchos, dando voces y diciendo: Tú eres el Hijo de Dios. Pero él los reprendía y no les dejaba hablar, porque sabían que él era el Cristo. (Lucas 4:41)
Y les decía: El Hijo del Hombre es Señor aun del día de reposo. (Lucas 6:5)
Y vino una voz desde la nube, que decía: Este es mi Hijo amado; a él oíd. (Lucas 9:35)
Porque como el relámpago que al fulgurar resplandece desde un extremo del cielo hasta el otro, así también será el Hijo del Hombre en su día. (Lucas 17:24)
Os digo que pronto les hará justicia. Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra? (Lucas 18:8)
Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre. (Lucas 21:36)
Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres. (Juan 8:36)
y dijo: He aquí, veo los cielos abiertos, y al Hijo del Hombre que está a la diestra de Dios. (Hechos 7:56)
A vosotros primeramente, Dios, habiendo levantado a su Hijo, lo envió para que os bendijese, a fin de que cada uno se convierta de su maldad. (Hechos 3:26)
mientras extiendes tu mano para que se hagan sanidades y señales y prodigios mediante el nombre de tu santo Hijo Jesús. (Hechos 4:30)
En seguida predicaba a Cristo en las sinagogas, diciendo que éste era el Hijo de Dios. (Hechos 9:20)
Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida. (Romanos 5:10)
Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios. (Romanos 8:14)
Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo nuestro Señor. ( I Corintios 1:9)
Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí. (Gálatas 2:20)
hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; (Efesios 4:13)
y esperar de los cielos a su Hijo, al cual resucitó de los muertos, a Jesús, quien nos libra de la ira venidera. ( I Tes. 1:10)
en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo; (Hebreos 1:2)
Porque ¿a cuál de los ángeles dijo Dios jamás: Mi Hijo eres tú, Yo te he engendrado hoy,  y otra vez: Yo seré a él Padre, Y él me será a mí hijo? (Hebreos 1:5)
Mas del Hijo dice: Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo; Cetro de equidad es el cetro de tu reino. (Hebreos 1:8)
Porque la ley constituye sumos sacerdotes a débiles hombres; pero la palabra del juramento, posterior a la ley, al Hijo, hecho perfecto para siempre. (Hebreos 7:28)
¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisoteare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del pacto en la cual fue santificado, e hiciere afrenta al Espíritu de gracia? (Hebreos 10:29)
pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado. (I Juan 1:7)
Y este es su mandamiento: Que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo, y nos amemos unos a otros como nos lo ha mandado. ( I Juan 3:23)
En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él. (I Juan 4:9)
En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados. ( I Juan 4:10)
Y nosotros hemos visto y testificamos que el Padre ha enviado al Hijo, el Salvador del mundo. (I Juan 4;14)
Todo aquel que confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él, y él en Dios. (i Juan 4:15)
¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios? ( I Juan 5:5)
Si recibimos el testimonio de los hombres, mayor es el testimonio de Dios; porque este es el testimonio con que Dios ha testificado acerca de su Hijo. ( I Juan 5:9)
El que cree en el Hijo de Dios, tiene el testimonio en sí mismo; el que no cree a Dios, le ha hecho mentiroso, porque no ha creído en el testimonio que Dios ha dado acerca de su Hijo. ( I Juan 5:10)
Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo. ( I Juan 5:11)
El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida. ( I Juan 5:12)
Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios. ( I Juan 5:13)
Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero; y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios, y la vida eterna. ( I Juan 5:20)
Yo Juan, vuestro hermano, y copartícipe vuestro en la tribulación, en el reino y en la paciencia de Jesucristo, estaba en la isla llamada Patmos, por causa de la palabra de Dios y el testimonio de Jesucristo. ( Apocalipsis 1:9)
y en medio de los siete candeleros, a uno semejante al Hijo del Hombre, vestido de una ropa que llegaba hasta los pies, y ceñido por el pecho con un cinto de oro. (Apoc. 1:13)
Y escribe al ángel de la iglesia en Tiatira: El Hijo de Dios, el que tiene ojos como llama de fuego, y pies semejantes al bronce bruñido, dice esto (Apoc. 2:18)
Miré, y he aquí una nube blanca; y sobre la nube uno sentado semejante al Hijo del Hombre, que tenía en la cabeza una corona de oro, y en la mano una hoz aguda. (Apoc. 14:4)
Y mirando a Jesús que andaba por allí, dijo: He aquí el Cordero de Dios. (Juan 1:36)
Y miré, y vi que en medio del trono y de los cuatro seres vivientes, y en medio de los ancianos, estaba en pie un Cordero como inmolado, que tenía siete cuernos, y siete ojos, los cuales son los siete espíritus de Dios enviados por toda la tierra. (Apoc 5:6)
Y cuando hubo tomado el libro, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero; todos tenían arpas, y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los santos; (Apoc. 5:8)
que decían a gran voz: El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza. (Apoc. 5:12)
Y a todo lo creado que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y en el mar, y a todas las cosas que en ellos hay, oí decir: Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos. ( Apoc . 5:13)
porque el Cordero que está en medio del trono los pastoreará, y los guiará a fuentes de aguas de vida; y Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos. (Apoc. 7;17)
Yo le dije: Señor, tú lo sabes. Y él me dijo: Estos son los que han salido de la gran tribulación, y han lavado sus ropas, y las han emblanquecido en la sangre del Cordero. (Apoc. 7:14)
y decían a los montes y a las peñas: Caed sobre nosotros, y escondednos del rostro de aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero;  (Apoc. 6:16)
Después de esto miré, y he aquí una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y con palmas en las manos; (Apoc. 7:9)
Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte. (Apoc. 12:11)
Y la adoraron todos los moradores de la tierra cuyos nombres no estaban escritos en el libro de la vida del Cordero que fue inmolado desde el principio del mundo. (Apoc. 13:8)
Después miré, y he aquí el Cordero estaba en pie sobre el monte de Sion, y con él ciento cuarenta y cuatro mil, que tenían el nombre de él y el de su Padre escrito en la frente. ( Apoc. 14:1)
Estos son los que no se contaminaron con mujeres, pues son vírgenes. Estos son los que siguen al Cordero por dondequiera que va. Estos fueron redimidos de entre los hombres como primicias para Dios y para el Cordero; (Apoc. 14:4)
él también beberá del vino de la ira de Dios, que ha sido vaciado puro en el cáliz de su ira; y será atormentado con fuego y azufre delante de los santos ángeles y del Cordero (Apoc. 14:10)
Y cantan el cántico de Moisés siervo de Dios, y el cántico del Cordero, diciendo: Grandes y maravillosas son tus obras, Señor Dios Todopoderoso; justos y verdaderos son tus caminos, Rey de los santos. ( Apoc. 15:3)
Pelearán contra el Cordero, y el Cordero los vencerá, porque él es Señor de señores y Rey de reyes; y los que están con él son llamados y elegidos y fieles. (Apoc 17:14)
Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado. (Apoc. 19:7)
Y el ángel me dijo: Escribe: Bienaventurados los que son llamados a la cena de las bodas del Cordero. Y me dijo: Estas son palabras verdaderas de Dios. (Apoc. 19:9)
Vino entonces a mí uno de los siete ángeles que tenían las siete copas llenas de las siete plagas postreras, y habló conmigo, diciendo: Ven acá, yo te mostraré la desposada, la esposa del Cordero. (Apoc. 21:9)
Y no vi en ella templo; porque el Señor Dios Todopoderoso es el templo de ella, y el Cordero. (Apoc. 21:22)
La ciudad no tiene necesidad de sol ni de luna que brillen en ella; porque la gloria de Dios la ilumina, y el Cordero es su lumbrera. (Apoc. 21:23)
Después me mostró un río limpio de agua de vida, resplandeciente como cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero. (Apoc. 21:1)
Y no habrá más maldición; y el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán, (Apoc. 22:3)
No entrará en ella ninguna cosa inmunda, o que hace abominación y mentira, sino solamente los que están inscritos en el libro de la vida del Cordero. (Apoc. 21:27)
SOBRE EL ESPIRITU SANTO:     
“A cualquiera que dijere alguna palabra contra el Hijo del Hombre, le será perdonado; pero al que hable contra el Espíritu Santo, no le será perdonado, ni en este siglo ni en el venidero.”  (Mateo 12:32)
Mas ellos fueron rebeldes, e hicieron enojar su santo espíritu; por lo cual se les volvió enemigo, y él mismo peleó contra ellos. (Isaías 63:10)
pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra. (Hechos 1:8)
Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen. (Hechos 2:4)
el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros. (Juan 14:17)
Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho. (Juan 14:26)
Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días. (Hechos 1:5)
Y en los postreros días, dice Dios, Derramaré de mi Espíritu sobre toda carne, Y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán; vuestros jóvenes verán visiones, y vuestros ancianos soñarán sueños; (Hechos 2:17)
Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo. (Hechos 2:38)
Y nosotros somos testigos suyos de estas cosas, y también el Espíritu Santo, el cual ha dado Dios a los que le obedecen. (Hechos 5:32)
Y el Espíritu dijo a Felipe: Acércate y júntate a ese carro. (Hechos 8:29)
Cuando subieron del agua, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe; y el eunuco no le vio más, y siguió gozoso su camino. (Hechos 8:39)
Y mientras Pedro pensaba en la visión, le dijo el Espíritu: He aquí, tres hombres te buscan. (Hechos 10:19)
Mientras aún hablaba Pedro estas palabras, el Espíritu Santo cayó sobre todos los que oían el discurso. (Hechos 10:44)
Y los fieles de la circuncisión que habían venido con Pedro se quedaron atónitos de que también sobre los gentiles se derramase el don del Espíritu Santo. (Hechos 10:45)
Y el Espíritu me dijo que fuese con ellos sin dudar. Fueron también conmigo estos seis hermanos, y entramos en casa de un varón, (Hechos 11:12)
Y cuando comencé a hablar, cayó el Espíritu Santo sobre ellos también, como sobre nosotros al principio. (Hechos 11:15)
Ministrando éstos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado. (Hechos 13:2)
Ellos, entonces, enviados por el Espíritu Santo, descendieron a Seleucia, y de allí navegaron a Chipre. (Hechos 13:4)
Porque ha parecido bien al Espíritu Santo, y a nosotros, no imponeros ninguna carga más que estas cosas necesarias (Hechos 15:28)
Y atravesando Frigia y la provincia de Galacia, les fue prohibido por el Espíritu Santo hablar la palabra en Asia; ( Hechos 16:6)
y cuando llegaron a Misia, intentaron ir a Bitinia, pero el Espíritu no se lo permitió. (Hechos 16:7)
les dijo: ¿Recibisteis el Espíritu Santo cuando creísteis? Y ellos le dijeron: Ni siquiera hemos oído si hay Espíritu Santo. (Hechos 19:2)
salvo que el Espíritu Santo por todas las ciudades me da testimonio, diciendo que me esperan prisiones y tribulaciones. (Hechos 20:23)
Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre (Hechos 20:28)
Y hallados los discípulos, nos quedamos allí siete días; y ellos decían a Pablo por el Espíritu, que no subiese a Jerusalén. (Hechos 21:4)
quien viniendo a vernos, tomó el cinto de Pablo, y atándose los pies y las manos, dijo: Esto dice el Espíritu Santo: Así atarán los judíos en Jerusalén al varón de quien es este cinto, y le entregarán en manos de los gentiles. (Hechos 21:11)
Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. (Romanos 8:1)
Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él. (Romanos 8:9)
Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios. (Rom. 8:14)
El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. (Rom. 8:16)
Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. (Rom 8:26)
Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos. (Rom. 8:27)
con potencia de señales y prodigios, en el poder del Espíritu de Dios; de manera que desde Jerusalén, y por los alrededores hasta Ilírico, todo lo he llenado del evangelio de Cristo. (Rom. 15:19)
y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder, (I Cor. 2:4)
Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios. (I Cor. 2:10)
¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? ( I Cor. 3:16)
No quiero, hermanos, que ignoréis acerca de los dones espirituales.  Sabéis que cuando erais gentiles, se os extraviaba llevándoos, como se os llevaba, a los ídolos mudos.  Por tanto, os hago saber que nadie que hable por el Espíritu de Dios llama anatema a Jesús; y nadie puede llamar a Jesús Señor, sino por el Espíritu Santo.  Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. Y hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo.  Y hay diversidad de operaciones, pero Dios, que hace todas las cosas en todos, es el mismo.  Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho.  Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu;  a otro, fe por el mismo Espíritu; y a otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu.  A otro, el hacer milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversos géneros de lenguas; y a otro, interpretación de lenguas.  Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere.  Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo.  Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu. (I Cor. 12:1-13)
Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad. (II Corintios 3:17)
Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor. (II Cor. 3:18)
Mas el que nos hizo para esto mismo es Dios, quien nos ha dado las arras del Espíritu. (II Corintios 5:5)
La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros. Amén. (II Cor. 13:14)
Esto solo quiero saber de vosotros: ¿Recibisteis el Espíritu por las obras de la ley, o por el oír con fe? (Gálatas 3:2)
para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu. (Gálatas 3;14)
Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. (Gálatas 5:16)
Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe… (Gálatas 5:22)
 Vea el siguiente tema:

Cap. 1 Dios, su ser, y sus atributos
VEA MAPAS ANTIGUOS DEL MUNDO EN: https://htraetalf.blogspot.com/2023/04/mapas-antiguos-del-mundo.html?m=0