Mateo 27:37-44 Jesús es el Rey de Israel, el Hijo de Dios (con H mayúscula). Él es Dios quien vino en carne tomando forma de siervo. La imagen visible del Dios invisible. Verlo a Él era y es ver al Dios padre pues es UNO en DEIDAD. La única DEIDAD que mora los cielos es Padre, Hijo y Espíritu Santo. Tres personas que coexisten en esencia divina. Fuera de esto no hay Dios alguno. Hace cerca de 2000 años la humanidad tuvo el privilegio de poder verle cara a cara. A Dios nadie le ha visto jamás, pero aquellos que vieron al Hijo pudieron ver lo que Dios es en su pureza. Los judíos tenían y tienen la herencia de Abraham y de Moisés y se enorgullecen de su TRADICIÓN y de su LEY. Poseen RITOS Y ORDENANZAS. Sin embargo, cuando Cristo apareció siendo ÉL MISMO el AUTOR DE LA LEY, ellos (los judíos) no pudieron reconocerlo. Cristo les habló de una REALIDAD ESPIRITUAL, de una HERENCIA EN LOS CIELOS, de una CIUDAD, de una PATRIA CELESTIAL y de hacer TESOROS en los cielos por medio de OBRAS DE JUSTICIA. Sin embargo, los judíos querían y quieren UNA PATRIA Y GLORIA TERRENAL. Es por estos que se oponen al verdadero Jesús. Es por esto que recibirán al ANTIMESÍAS como su "Dios". Los cristianos piensan que los judíos y el sionismo comparten la misma herencia. NO ES ASÍ. La herencia del cristiano está arriba en los cielos mientras que la meta del judío es terrenal y contraria.
Guardaos de la levadura de los fariseos, que es la hipocresía. (Lucas 12:1)
Al ver él que muchos de los fariseos y de los saduceos venían a su bautismo, les decía: ¡Generación de víboras! ¿Quién os enseñó a huir de la ira venidera? Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento, y no penséis decir dentro de vosotros mismos: A Abraham tenemos por padre; porque yo os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aun de estas piedras. Y ya también el hacha está puesta a la raíz de los árboles; por tanto, todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado en el fuego. (Mateo 3:7-10)
Esto dijeron sus padres, porque tenían miedo de los judíos, por cuanto los judíos ya habían acordado que si alguno confesase que Jesús era el Mesías, fuera expulsado de la sinagoga. (Juan 9:22)
Por esto los judíos aún más procuraban matarle, porque no solo quebrantaba el día de reposo, sino que también decía que Dios era su propio Padre, haciéndose igual a Dios. (Juan 5:18)
Pero viendo los judíos la muchedumbre, se llenaron de celos, y rebatían lo que Pablo decía, contradiciendo y blasfemando. (Hechos 13:45)
Pero los judíos instigaron a mujeres piadosas y distinguidas, y a los principales de la ciudad, y levantaron persecución contra Pablo y Bernabé, y los expulsaron de sus límites. (Hechos 13:50)
Mas los judíos que no creían excitaron y corrompieron los ánimos de los gentiles contra los hermanos. (Hechos 14:2)
Y la gente de la ciudad estaba dividida: unos estaban con los judíos, y otros con los apóstoles. (Hechos 14:4)
A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios. (Juan 1:11-13)
y la blasfemia de los que se dicen ser judíos, y no lo son, sino sinagoga de Satanás. (Apocalipsis 2:9)
He aquí, yo entrego de la sinagoga de Satanás a los que se dicen ser judíos y no lo son, sino que mienten; he aquí, yo haré que vengan y se postren a tus pies, y reconozcan que yo te he amado. (Apocalipsis 3:9)
Y derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de Jerusalén, espíritu de gracia y de oración; y mirarán a mí, a quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo unigénito, afligiéndose por él como quien se aflige por el primogénito. (Zacarías 12:10)
Gobernar al mundo desde el Sion TERRENAL es la meta de la masonería luciferina pero no de los verdaderos creyentes quienes buscan el Sion CELESTIAL
51 Documentos: La colaboración entre el sionismo y el nazismo (Leer tema...)
Así Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia. Sabed, por tanto, que los que son de fe, estos son hijos de Abraham. Y la Escritura, previendo que Dios había de justificar por la fe a los gentiles, dio de antemano la buena nueva a Abraham, diciendo: En ti serán benditas todas las naciones. De modo que los de la fe son bendecidos con el creyente Abraham. Porque todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición, pues escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas. Y que por la ley ninguno se justifica para con Dios, es evidente, porque: El justo por la fe vivirá; y la ley no es de fe, sino que dice: El que hiciere estas cosas vivirá por ellas. Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero), para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu. Hermanos, hablo en términos humanos: Un pacto, aunque sea de hombre, una vez ratificado, nadie lo invalida, ni le añade. Ahora bien, a Abraham fueron hechas las promesas, y a su simiente. No dice: Y a las simientes, como si hablase de muchos, sino como de uno: Y a tu simiente, la cual es Cristo. Esto, pues, digo: El pacto previamente ratificado por Dios para con Cristo, la ley que vino cuatrocientos treinta años después, no lo abroga, para invalidar la promesa. Porque si la herencia es por la ley, ya no es por la promesa; pero Dios la concedió a Abraham mediante la promesa.
El propósito de la ley
Entonces, ¿para qué sirve la ley? Fue añadida a causa de las transgresiones, hasta que viniese la simiente a quien fue hecha la promesa; y fue ordenada por medio de ángeles en mano de un mediador. Y el mediador no lo es de uno solo; pero Dios es uno. ¿Luego la ley es contraria a las promesas de Dios? En ninguna manera; porque si la ley dada pudiera vivificar, la justicia fuera verdaderamente por la ley. Mas la Escritura lo encerró todo bajo pecado, para que la promesa que es por la fe en Jesucristo fuese dada a los creyentes. Pero antes que viniese la fe, estábamos confinados bajo la ley, encerrados para aquella fe que iba a ser revelada. De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe. Pero venida la fe, ya no estamos bajo ayo, pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús; porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos. Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús. Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa. (Galatas 3:6-29)







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